martes, 21 de diciembre de 2010

EL CÍRCULO CONCÉNTRICO DE CUEVA: UN ESPELEOTEMA MUY FRÁGIL.


Marius van Heiningen

INTRODUCCIÓN.
Un círculo concéntrico de cueva es un espeleotema en forma de un círculo fino alrededor de un punto de impacto de gotas de agua. Según la composición química del agua y del substrato un círculo puede tener un relieve positivo o negativo, aunque parece que la mayoría de los círculos concéntricos formados sobre substrato carbonatado son de relieve positivo. Los primeros en describir este fenómeno fueron Torres-Capote et al en 1991. Ellos los llamaban “círculos concéntricos reconstructivos”, sin embargo, este nombre solo cubre los círculos positivos. Su nombre en italiano es cerchi della grotta (círculo de la cueva) y en inglés es “cave ring” (anillo de cueva).

La figura 1 muestra un círculo concéntrico.


jueves, 2 de diciembre de 2010

ROCAS KARSTIFICABLES, LAS ROCAS DONDE SE FORMAN LAS CUEVAS.


Marius van Heiningen

INTRODUCCIÓN.
Las rocas karstificables son las rocas en las cuales se pueden formar cuevas por procesos de disolución en agua de una parte de esta rocas. Las más conocidas y frecuentes son las calizas y dolomías, mientras que otras rocas conocidas son el yeso, anhidrita, conglomerados y sal común. Sin embargo, también existen cuevas de disolución en cuarcitas, carbonatitas y mármoles.
Este artículo describe en un modo resumido las características de las diferentes rocas de karst.


LAS CALIZAS Y DOLOMÍAS.Son las rocas karstificables más importantes y más de un 90 por ciento de las cuevas se encuentran en estas rocas. Las calizas son rocas que están compuestas principalmente del mineral calcita (CaCO3), y las dolomías del mineral dolomita Ca,Mg(CO3)2 . Entre el 5 y el 10 por ciento (según las fuentes) de la superficie continental que está libre de hielo, son afloramientos de rocas carbonatadas y alrededor de un 20 por ciento de todos los sedimentos depositados en los últimos 600 Ma son calizas y dolomías.

NOMENCLATURA DE CALIZAS Y DOLOMÍAS.Una roca que está compuesta principalmente de calcita con menos de 10% de dolomita y con menos de 10% de impurezas (cuarzo, arcilla, glauconita, chert, etc.) es denominada una caliza. Del mismo modo una roca compuesta de dolomita con menos de 10% de calcita y menos de 10% de impurezas se llama dolomía.
Si hay menos de 10% de impurezas y más de 10% tanto de calcita como de dolomita, el nombre depende de lo que más hay. Por ejemplo, una roca de 48% caliza, 46% dolomita y 6% impurezas se llama caliza dolomítica (más calcita que dolomita) y una roca de 51% de dolomita, 42% de calcita y 7% de impurezas es denominada una dolomía calcárea.
Si hay más de 10% de impurezas se puede decir que se trata de una caliza impura (idem por los otros nombres) y si hay más de 50% de impurezas ya no se trata de calizas y dolomías si no de otros tipos rocas con contenido carbonatado.

domingo, 24 de octubre de 2010

EL TIEMPO EN LA GEOLOGÍA: LAS ERAS, PERIODOS Y ÉPOCAS.


Marius van Heiningen



INTRODUCCIÓN.
A primera vista este tema no tiene mucho que ver con la espeleología. Sin embargo, los artículos que describen una región de karst o una cueva en concreta, a menudo presentan un resumen de su geología, donde entre otras cosas suelen tratar la edad de las formaciones kársticas. Por tanto, cuando se hablan de calizas del Cretácico Superior o de dolomías del Pensilvaniense Medio (Carbonífero), ¿de que edades de tratan?
En este artículo se da un resumen de las diferentes unidades del tiempo (eones, eras, periodos y épocas) con especial énfasis a las unidades del Fanerozoico, los últimos 542 millones de años, por ser el eón durante lo cual se ha formado la gran mayoría de las formaciones karstificables.
El tiempo geológico exacto es muy importante porque entre otras cosas nos ayudan de poder hacer correlaciones entre diferentes acontecimientos geológicos y para poner todo en su debido orden cronológico. Con otras palabras, nos ayuda muchísimo en aclarar nuestras ideas de lo que ha ocurrido en el pasado.


ALGO DE HISTORIA.

Desde principios del siglo pasado algunos científicos se inclinaron por la datación realizada con técnicas de radiometría e intentaron mejorar el método. Como a menudo suele pasar, las primeras dataciones de algunas piedras, que dieron un resultado de varios cientos de millones de años de edad, no fueron aceptadas por la mayoría de los científicos establecidos. Hasta este momento los periodos geológicos tenían un cierto orden, por ejemplo se sabían que el Cámbrico era más antiguo que el Devónico, pero su edad exacta era una incógnita total. Los máximos tiempos aceptados para la edad de la Tierra eran del orden de unos 100 Ma, calculados por el enfriamiento de la Tierra (en estos días todavía no tenían conocimiento de la enorme producción de calor dentro de la Tierra por procesos radioactivos), por acumulación de las sales en el mar o usando gradientes térmicos. Solo John Perry había llegado a una edad de entre 2000 y 3000 Ma, usando un método basado en las corrientes de convección del manto. No fue hasta 1927, cuando Arthur Holmes publicó su “The Age of the Earth, an Introduction to Geological Ideas”(La edad de la Tierra, una introducción en ideas geológicas), demostrando una edad de la Tierra de entre 1600 y 3000 millones de años, con lo que la resistencia contra la idea de una muy alta edad empezaba a aflojar. Durante el siglo pasado se han publicado numerosas tablas del tiempo geológico, a menudo con grandes diferencias. Cuando yo empecé mis estudios de Geología al principio de los años ochenta, la base del Cámbrico tenía una edad de 590 Ma, y el Buntsandstein, Muschelkalk y Keuper eran épocas de Triásico aceptadas, además que todavía se solían hablar del Primario y Secundario.
En 1974 la International Commission on Stratigraphy (ICS) de la International Union of Geological Sciences (IUGS) ha iniciado su tarea de intentar llegar a una tabla del Tiempo Geológico Global. Finalmente parece que da sus frutos porque la tabla más actual ya se diferencia en muy poco de una tabla oficial de 2004, es decir que las edades empiezan a ser definidas con un espacio de error muy reducido. Los datos en este artículo están basado en los valores más recientes del ICS.


viernes, 8 de octubre de 2010

INTERPRETACIÓN DE MAPAS: EJEMPLO DE CASO 3


La zona espeleológica de la Cueva de Udías III.

LA HIDROLOGÍA DEL ALFOZ DE LLOREDO.

Marius van Heiningen

INTRODUCCIÓN.
En las dos partes anteriores se han tratado la depresión de Udias y la paleotopografía de la zona. En este artículo se trata la posible hidrogeología del Alfoz de Lloredo, basándose únicamente en los mapas y algo de información adicional disponible en internet.
El macizo del Alfoz de Lloredo está compuesto principalmente de calizas y dolomías, parcialmente tapado por una formación impermeable que está presente en las altas cumbres y en el norte del macizo. En el sur afloran unas formaciones de relativamente poco espesor, sin embargo, la caliza C152-1 alberga una cueva extensa (Torca Urbió).
Se ha intentado indicar los posibles acuíferos de las calizas y dolomías del Alfoz.
El artículo termina con el problema de si es posible una conexión de la Torca Urbió con las calizas y dolomías donde se encuentra la Cueva de Udías.


MAPA GEOLÓGICO DEL MACIZO DEL ALFOZ DE LLOREDO.

El mapa geológico está compuesto de partes de los mapas geológicos de Comillas (033) y Torrelavega (034). Se ha usado la topografía, arroyos y cotas bajas, para realizar una delimitación aproximada del macizo del Alfoz de Lloredo, que está indicada en naranja (figura 1). También se ha indicado en rojo el sumidero de la Cueva de Udías (C1), su trayecto subterráneo en línea recta y dos manantiales importantes (M1 y M2).
La masa rocosa más importante del Alfoz son las calizas y dolomías indicadas como C15-23 (en amarillo, ver leyenda en figura 2). Es en estas rocas donde se encuentran la Cueva de Udías e innumerables pozos verticales. Estratigráficamente por encima de estas calizas y dolomías se encuentra una formación impermeable (C16-1, verde muy claro) que aflora en algunas cumbres y al norte de la zona. De las tres formaciones que se encuentran estratigráficamente por debajo de la C15-23, solo la formación del medio C152-1 (calizas con Miliolidos y Toucasia) es favorable para la formación de cuevas.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

INTERPRETACIÓN DE MAPAS: EJEMPLO DE CASO 2



La zona espeleológica de la Cueva de Udías II

LA PALEO-TOPOGRAFÍA

Marius van Heiningen


INTRODUCCIÓN.

Aunque en una sola vida no se notan grandes cambios naturales en la forma de las montañas y valles que nos rodean, sabemos que en el pasado el paisaje no siempre ha sido como lo vemos hoy en día. Por ejemplo, los fósiles marinos encontrados en alta montaña prueban que estas rocas se han formado en el mar, un hábitat completamente diferente.
Reconozco que es imposible restablecer la topografía existente en cada momento de la historia geológica de una región, pero muchas veces es posible realizar una aproximación de la antigua topografía (paleotopografía) durante los últimos millones de años.
La erosión hace que con el tiempo grandes volúmenes de rocas hayan desaparecido. Es indispensable intentar “reponer” estos volúmenes para conseguir una impresión de cómo era la topografía hace cierto tiempo. En este artículo se intenta reponer la paleotopografía de la zona de la Cueva de Udías hace unos 3 millones de años.


CINCO MILLONES DE AÑOS DE APLANAMIENTO.

Mientras que la mayor parte del Mioceno (desde hace unos 23 millones de años (Ma) hasta unos 5,3 Ma) ha sido una época de fuerte actividad tectónica, como indica la deposición de paquetes sedimentarios de gran espesor que son el resultado de la erosión de unas montañas rejuvenecidas, el final del Mioceno y la mayor parte del Plioceno (desde hace 5,3 Ma hasta 1,8 Ma) han sido una época de relativamente poca actividad tectónica.
Esta época de tranquilidad ha durado desde hace aproximadamente 8 Ma (límite bastante arbitrario) hasta unos 3 Ma (bastante preciso). Es decir unos 5 millones de años, durante lo cual el proceso geológico dominante ha sido la erosión. La erosión sin levantamiento simultáneo de una región, resulta en amplios valles llanos (llanuras aluviales) de poco gradiente y aplanamiento del terreno en general.


miércoles, 25 de agosto de 2010

INTERPRETACIÓN DE MAPAS: EJEMPLO DE CASO 1



La zona espeleológica de la Cueva de Udías I:

LA DEPRESIÓN CERRADA DE UDÍAS.

Marius van Heiningen

INTRODUCCIÓN GENERAL.

Este artículo es el primero de una pequeña serie acerca del karst de la zona de la Cueva de Udías (Cantabria). No quiero dar una demostración de mis conocimientos específicas de esta zona, porque no los tengo. Al contrario, quiero demostrar que es posible realizar un trabajo preparatorio bastante completo, usando principalmente los mapas topográficos y geológicos e información adicional como descripciones y topografías de cuevas, que se encuentran disponibles en internet, sin tener apenas conocimiento previo de la zona en concreta.
Se ha escogido esta zona debido a una corta visita (una tarde) por invitación de Sergio Ruiz García, uno de los miembros del Speleo Club Cántabro (SCC) que la está explorando. La tarde se ha ocupado con una excursión a la Cueva de Udías (entrando por la mina Sel del Haya) y charlando, quedándome muy poco tiempo para echar un vistazo a los alrededores. Esto último lo comento para subrayar que los próximos artículos son el fruto de un estudio de la información encontrada en internet y no de una inspección de la zona.
Además, espero que el SCC podrá usar estos pequeños estudios en sus continuas exploraciones.
Conclusión: Estos artículos son un ejemplo de cómo realizar un trabajo espeleológico/geológico de una zona desconocida, solo usando los medios presentes en internet.


INTRODUCCIÓN ESPECÍFICA.

La cuenca hidrológica de la zona de la Cueva de Udías recoge sus aguas por una parte de arroyos superficiales que drenan un valle cerrado al sur de la misma y, por otra parte, por la infiltración directa sobre el macizo situado por encima de la cueva (Alfoz de Lloredo). Se trata de un macizo costero de montes relativamente bajos (picos más altos alrededor de los 400 metros), situado entre Comillas, Cabezón de la Sal y Santillana del Mar, cuya exploración pertenece al Speleo Club Cántabro.
En este primer artículo, se trata la situación hidrológica y geológica actual del valle cerrado al sur de este macizo: la depresión cerrada de Udías.
Como mapa topográfico se han usado los mapas de sigpac (que una vez descargados son de buena calidad), y como base geológica se han usado los mapas Geológicos del IGM de Comillas (033) y Cabezón de la Sal (057), escala 1:50.000. El Google Earth se ha usado para obtener una idea de la zona a vista de pájaro (especialmente útil, si no conoces la zona). Información adicional se ha encontrado especialmente en el número monográfico del Boletín Cántabro de Espeleología: El karst de Udías (1983) y en el blog de la SCC.

domingo, 9 de mayo de 2010

LA GÉNESIS DE LA CUEVA FUENTE DE ORO


Marius van Heiningen



INTRODUCCIÓN.
En este artículo se intenta explicar la formación de la Cueva Fuente de Oro. Se trata de una cueva de escaso desarrollo, situada en el noreste de la provincia de León (España), cerca del pueblo de Crémenes. La razón principal de este escrito es dar un ejemplo de cómo se puede intentar determinar la génesis de una cueva, incluso si se trata de una cueva poca extensa. No solo se trata de usar las observaciones realizadas dentro de la cueva, sino de usar todos los datos posibles. Se ha estudiado la situación topográfica, geológica y hidrológica alrededor de la cueva, además de usar el mapa geológico y los mapas y fotos de sigpac.
Existen varios aspectos relacionados con cualquier cueva que convienen estudiar como norma general, porque nos ayudan mucho a formar una idea global acerca de la formación de la cueva, en concreto:
El primer aspecto es la situación hidrológica actual. Hay que intentar averiguar la interacción de los ríos y arroyos con la roca (formación) en donde se encuentra la cueva, con especial atención a los manantiales y pérdidas (sumideros) de agua, además de determinar la localización del punto más bajo de la formación por ser un punto muy favorable de desagüe. Ahora se puede hacer la siguiente pregunta: ¿Guarda la cueva una relación con el sistema hidrológico actual? Si la cueva se encuentra muy por encima de los arroyos y manantiales es probable que no guarde relación con el actual sistema, pero si por ejemplo la boca de la cueva se encuentra cerca de un manantial principal, entonces esta relación si es probable.

La figura 1 muestra la topografía de la Cueva de Fuente de oro. Las formaciones estalagmíticas están indicadas en rojo.

El segundo aspecto es el levantamiento de una columna estratigráfica global, lo que suena complicado, pero que para los espeleólogos solo significa distinguir entre los miembros favorables (estratificación masiva y gruesa), menos favorables (estratificación fina) y miembros no favorables (margas, arcillas, areniscas, etc.). Es verdad que dos miembros favorables pueden estar conectados hidrológicamente a través de un miembro menos favorable, pero estas conexiones no suelen ser penetrables por el hombre (ej. Existencia de muchas fisuras estrechas), y por tanto las cuevas se suelen restringir a una sola secuencia favorable. Entonces, una vez localizado el miembro donde se encuentra la cueva, ya se tiene una muy buena idea hacia donde puede ir (o de donde viene), siguiendo este miembro por la superficie.
El tercero aspecto es la proveniencia del agua que ha disuelto la cueva. Por tanto hay que determinar, en lo posible, las cuencas (segmentos en este artículo) de recogida de agua, que por un lado consiste de recogida de precipitación directa sobre la caliza y que por otro lado recoge aguas de escorrentía de otras formaciones impermeables y de pérdidas de arroyos o ríos. Se puede decir que eso es parte del primer aspecto, pero se trata de algo tan importante que he decidido separarlo.
Las observaciones que se pueden hacer dentro de una cueva son tantas que no se puede especificar fácilmente, pero a groso modo se puede decir que hay que intentar averiguar el régimen hidrológico (o la sucesión de regímenes) que formaron la cueva (vadoso o (epi)freático principalmente) y los acontecimientos de sedimentación y reexcavación. Además hay que estudiar si la galería está orientada según las fisuras o por la estratificación. Una ayuda indispensable para cualquier estudio espeleológico es un mapa topográfico detallado de la cueva correspondiente.


miércoles, 24 de marzo de 2010

BUSCANDO CUEVAS: Las zonas más favorables en las paredes de un barranco.


Marius van Heiningen
mvheiningen@gmail.com

INTRODUCCIÓN.

Los espeleólogos exploradores saben que un barranco que corta un macizo de caliza es un lugar probable de encontrar cuevas y manantiales. También saben que la distribución de las cuevas por las paredes no es homogénea, sino que existen zonas más favorables y zonas menos favorables. Este artículo trata de explicar algunas reglas generales acerca de los lugares más probables de encontrar cuevas. Incluso si el método de exploración consiste de una minuciosa inspección de toda una ladera, sigue siendo importante saber qué zonas merecen todavía un poco más de atención. Si al contrario se trata de una exploración global, lo mejor es concentrarse en las zonas favorables. Tengo que decir con énfasis que solo se trata de unas reglas muy generalizadas, a veces muy útiles especialmente si no se dispone de mucha información de la zona en concreto, pero que la distribución exacta de las cuevas depende de muchas factores de los cuales el carácter de los estratos y la historia geológica de la zona son muy importantes.


LA DIVISIÓN EN ZONAS DE LAS PAREDES DE UN BARRANCO.

En artículos anteriores ya se ha insistido en la importancia de encontrar el punto topográficamente más bajo de un acuífero, por ser el punto preferencial de desagüe.
En este caso la línea de puntos más bajos la constituye el lecho del río que fluye, al menos parte del año, por el fondo del barranco. Los manantiales perennes, si las hay, suelen estar situados en una franja alrededor del río, incluso es frecuente que manen directamente en el cauce lo que puede dificultar su localización. Salvo que se trate de una estratificación (sub)horizontal, es raro que un manantial se encuentre a más de algunas decenas de metros por encima del río. Los aliviaderos (fuentes intermitentes) si que son frecuentes hasta una altura de hasta varias decenas de metros. Como las cuevas son los conductos fósiles y activos de un acuífero de tal tamaño que son penetrables por el hombre, están íntimamente relacionadas con los manantiales, y por tanto las debemos buscar en sus inmediaciones.
Cerca del fondo se puede encontrar las galerías activas o abandonadas recientemente (medido en tiempo geológico), mientras que las galerías abandonadas desde hace más tiempo se encuentran a cierta altura sobre el lecho. En la parte superior de las paredes se encuentran las galerías más antiguas, cuyas galerías a menudo se han derrumbado o taponado por sedimentación. Por tanto se puede dividir una ladera de un barranco en tres zonas, según las posibilidades de encontrar cuevas con ciertas características.

ZONACIÓN DE LAS LADERAS DE UN BARRANCO.
Primero hay que decir que la zonación descrita a continuación solo es válida para formaciones cuyos estratos tienen cierta inclinación, de tal modo que todos los estratos cruzan el fondo del barranco (al contrario de estratos horizontales).
Las laderas de un barranco se pueden dividir en: la zona baja, la zona media y la zona alta.
En la zona baja se encuentran los manantiales, las galerías activas, los aliviaderos (zona epifreática) y las galerías abandonadas relativamente recientemente. En esta zona existen las mejores posibilidades de encontrar galerías que dan acceso a una red subterránea de cuevas, porque los conductos derrumbados o colmatados por espeleotemas son todavía mínimos. Los mayores problemas son, la estrechez de galerías y que se encuentren anegadas. Dar un valor para el límite superior de esta zona es muy arriesgado porque depende en gran medida de la velocidad de encaje del río (entre otras cosas), pero se puede pensar que está entre 10 y 40 metros por encima del río, aunque puede ser bastante más. Esta es una zona muy favorable.
En la zona media se encuentran las galerías abandonadas hace relativamente algo más de tiempo. En esta zona existe más riesgo de encontrar galerías colmatadas o derrumbadas, aunque con menos riesgo de conductos inundados. El límite superior de esta zona es todavía más incierto, pero se pudiera pensar en unos 100 metros por encima del río. Este valor es totalmente arbitrario y hay que tomarlo con la misma precaución como en el caso anterior. Esta es una zona favorable.
La zona alta consiste de toda la pared que se encuentra por encima de la zona media.
Las cuevas que se encuentran en esta zona son frecuentemente obstruidas, tanto por derrumbamientos (especialmente en las entradas) como por formación de espeleotemas.
Esta es la zona menos favorable.



La figura 1 muestra una formación de caliza cortada por un río, representada sobre un mapa. Para más detalles ver el texto.

La figura 1 muestra un ejemplo esquematizado de una formación de caliza (naranja) formando un altiplano con dolinas (óvalos negros), que es cortado por un río. El rumbo de la formación es este-oeste y la estratificación es vertical, mientras que el río fluye desde el norte hacia el sur. Tanto al norte como al sur se encuentran formaciones impermeables. La precipitación que cae sobre la caliza es absorbida y fluye por conductos subterráneos hacia los puntos de desagüe del acuífero que se encuentran en el fondo del barranco que corta la caliza. Las líneas negras son las curvas de nivel. Las tres zonas de las laderas del barranco están indicadas como zona muy favorable, zona favorable y zona menos favorable.

La figura 2 muestra la pared occidental del perfil longitudinal del barranco (AB en la figura 1), donde se ha indicado la zona baja (verde), media (amarillo) y alta (rosa).


La figura 2 muestra el perfil longitudinal del barranco.

La figura 3 muestra el perfil transversal del barranco (CD en la figura 1), donde se indican las tres zonas. El número 1 es un manantial subacuático que brota de un conducto freático muy estrecho (15), el 2 es un manantial que brota de una galería freática, el 3 es una galería activa con un arroyo y el 4 es una galería recientemente abandonada, todos son elementos típicos de la zona baja (más favorable).
El 5 es una galería que da acceso al sistema, abandonada hace algo más de tiempo, con algunas obstrucciones en forma de espeleotemas (12) y desprendimientos (13).
El 6 es una galería cuyo entrada se encuentra obstruida por un derrumbamiento, el 7 es una galería tapada por espeleotemas, el 8 es una galería que da acceso a cuevas (no todas están tapadas), el 9 es un pozo cerrado, el 10 es un pozo abierto y el 11 son posibles prolongaciones colmatadas por espeleotemas. Todos son elementos típicos de la zona alta.
El 14 es un lago subterráneo.

La figura 3 muestra el perfil transversal del barranco. Para el significaado de los números ver el texto.

Hay que entender que se trata de un modelo cualitativo sobre las posibilidades de encontrar cuevas y que además sólo es válido para una estratificación inclinada. Según este modelo hay menos posibilidades de encontrar galerías extensas con el aumento de la altura sobre el fondo del valle.


LA INFLUENCIA DE LOS MIEMBROS EN LA ZONACIÓN.

Hasta ahora se ha tratado a la formación de caliza como una masa homogénea, es decir que todas las partes tienen las mismas características. En realidad, en las formaciones suelen existir miembros más favorables a la karstificación (miembros con estratificación gruesa o sin estratificación), miembros menos favorables (estratificación fina o con juntas débiles) y miembros que no son favorables (margas).
La figura 4 muestra una representación de un altiplano de caliza cortado por un barranco, con un río en el fondo. La caliza está compuesta de 3 miembros favorables para el desarrollo de cuevas (calizas de estratos gruesos) y 2 miembros no favorables (margas). Los afloramientos de los miembros favorables suelen forman paredes más abruptas, mientras que el relieve de las margas es mucho más suave. La caliza se encuentra entre dos formaciones impermeables. Las líneas finas en negro indican la inclinación de la superficie.


La figura 4 muestra una representación de un altiplano de caliza cortado por un barranco con un río en el fondo. Para los detalles ver el texto.

La figura 5 muestra la misma caliza e indica las diferentes zonas presentes en los miembros favorables. Se nota que las zonas no se encuentran en una línea vertical, pero que siguen la inclinación de los estratos. Como en las margas no se forman cuevas tampoco hay una zonación. Por tanto es importante poder distinguir entre miembros favorables y miembros poco favorables para la formación de cuevas.


La figura 5 muestra zonación que es restringida a los miembros favorables.

ESTRATIFICACIÓN HORIZONTAL.
Si la estratificación es (sub) horizontal, entonces es imposible que los miembros favorables superiores desagüen directamente hacia el fondo del barranco. En este caso incluso las cuevas activas se encuentran a una altura considerable (figura 6). Un buen ejemplo es el barranco del río Asón (Cantábria), donde el yacimiento del río viene de una cueva situada unos 100 metros por encima del valle, formando una bella cascada. Los puntos más favorables hay que buscarlos en la base de cada miembro favorable.

HISTORIA GEOLÓGICA.
La historia geológica de una región puede jugar un papel importante. Por ejemplo en la Cordillera Cantábrica hubo una marcada erosión durante los últimos 2 o 3 millones de años, precedido por una época muy tranquila de varios millones de años. En este época se habían formado varias cuevas amplias y horizontales que estaban en equilibrio con el antiguo nivel de base. Ahora estas cuevas se encuentran entre 100 y 200 metros por encima de los valles, pero por su volumen no se han tapado. Algunos ejemplos son la Cueva de Valporquero, la Cueva Rubio (ambas en el desfiladero del río Torío) y la Cueva el Carrascal (Santa Olaja de la Varga).




La figura 6 muestra el desagüe de sistemas activos situados en la parte baja de miembros favorables (sub)horizontales.


RESUMEN.

Como regla general se puede decir que la posibilidad de encontrar cuevas extensas en un barranco disminuye con la altura sobre el río. En este artículo se ha dividido la ladera de grosso modo en tres zonas: la zona baja o la zona muy favorable, la zona media o la zona favorable y la zona alta o la zona menos favorable. Como las cuevas suelen estar restringidas a ciertos miembros, también lo está la zonación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la historia geológica puede ejercer una fuerte influencia sobre la distribución de las cuevas. Este modelo no es válido para formaciones con una estratificación (sub)horizontal.


miércoles, 3 de marzo de 2010

EN BUSCA DE CUEVAS: La interpretación del mapa geológico.


Marius van Heiningen
mvh@telecentroscyl.net


INTRODUCCIÓN.

La mayor ventaja de un mapa geológico es que nos deja la posibilidad de distinguir entre las formaciones solubles (favorables para la formación de cuevas) y las formaciones no solubles. Uno tiene que tener en mente que todas las rocas carbonatadas tienen un sistema de desagüe subterráneo y que por tanto se debe de sospechar la presencia de una cueva en cualquiera caliza o dolomía. Esta presencia solo depende de si los conductos de desagüe se han desarrollado hasta un tamaño para hacerlos penetrables para el hombre. El tamaño de los conductos depende de varios factores como el tiempo, las fisuras y el gradiente hidráulico, pero uno de los más importantes es la cantidad de agua disponible. En una caliza que recibe muy poca agua es difícil encontrar galerías accesibles. Esta cantidad depende de la superficie de su afloramiento, donde entra agua por precipitación directa, y de los aportes que se recibe por arroyos y de escorrentías de superficies impermeables anexos.
La localización exacta de grandes pozos con la ayuda del mapa geológico es bastante difícil, que no sea que están relacionados con sumideros o fallas. Lo que sí se puede localizar son las zonas favorables, en este caso los cumbres, crestas y altiplanos de roca carbonatadas, a veces acompañados por dolinas.
Mejores resultados da el mapa geológico cuando confirma que los arroyos y ríos que se pierden y reaparecen, los manantiales y depresiones cerradas que se había localizado en el mapa topográfico, realmente están relacionados con formaciones carbonatadas o yesos.
Sin embargo, probablemente la mejor ayuda que nos ofrece el mapa geológico es que nos posibilite la determinación del punto más bajo de un acuífero kárstico, comparando los contactos de la formación con las curvas de altura. Teóricamente este punto marca el lugar donde las aguas subterráneas deben de brotar de su acuífero, y por tanto indica el lugar preferido para la presencia de los manantiales (incluso los pequeños que no están en el mapa). Es muy frecuente que en el campo realmente se encuentren manantiales en estos puntos.
Ahora bien, porque nos debe de interesar tanto la presencia de manantiales kársticos? El manantial es la terminación de toda una red de fisuras y conductos subterráneos anegados, que da origen a las cuevas. Al fin y al cabo, una cueva no es otra cosa que uno de estos conductos que se ha desarrollado hasta tal tamaño que es penetrable por el hombre. Entonces lo convierte en uno de los mejores sitios de posible acceso a la red subterránea de galerías. Por un lado es posible que el manantial sale directamente de una galería vadosa, y por otro lado puede que el manantial ofrece posibilidades para una exploración subacuática. Sin embargo, es más probable que algo por encima del manantial actual se encuentra una galería seca, que en su día funcionó como manantial.
No obstante, no hay que olvidar que la escala del mapa geológico limita mucho la información que puede dar. Por ejemplo, no suele dar indicaciones de miembros y niveles. A lo mejor el punto más bajo de una formación no coincide con el miembro favorable para la formación de cuevas y por eso en el campo hay que esforzarse de distinguir estos miembros (normalmente miembros compactos o de estratificación gruesa), para poder localizar el punto más bajo del miembro favorable en lugar de la formación entera.


UN MAPA GEOLÓGICO Y LAS FORMACIONES CARBONATADAS.

En un mapa geológico las formaciones de roca están indicados con un color y un número (figura 1), dibujados sobre un mapa topográfico. Las curvas de nivel no siempre se han quedado bien visible, dependiendo de la imprenta y de los colores usados, y por tanto es aconsejable manejar el mapa geológico y topográfico de una misma zona simultáneamente. El significado de cada color y número se encuentra en la leyenda del mapa. La figura 2 muestra parte de la leyenda del mapa de Riaño y las formaciones susceptibles para la formación de karst (en este caso las calizas y dolomías) se han subrayado en rojo. El mapa también muestra una variedad de signos, de los cuales los más importantes se han explicado en el artículo “El significado de los signos del mapa geológico”. Estos signos son muy útiles para determinar las estructuras geológicas, pero para una primera aproximación de los puntos favorables para las entradas de cuevas se puede prescindir de ellos.



La figura 1 muestra una parte del mapa geológico de Riaño.



La figura 2 muestra una parte de la leyenda del mapa geológico de Riaño. Las formaciones solubles, en este caso las calizas y dolomías, se han subrayado en rojo.


En la figura 3 se ha indicado la distribución de las rocas carbonatadas de la figura 1 (en rojo). En este caso se trata de las formaciones 0, 5, 6, 8, 14 y 15. De este modo se ha reducido considerablemente el terreno de búsqueda y no se pierde tiempo recorriendo zonas sin ninguna probabilidad de éxito.
Como se ha explicado en la introducción, una de las reglas más importantes es localizar la cota topográfica más baja de una formación favorable, por ser el punto de preferencia de desagüe del acuífero que existe dentro de la roca carbonatada. Este punto de desagüe puede ser directamente la boca de una cueva o lo que es más común, un manantial. En el segundo caso es frecuente que se puede encontrar cuevas en los inmediatos alrededores, pero siempre a una altura más elevada.


La figura 3 muestra la distribución de las rocas carbonatadas, indicando sus contactos en rojo.


UN EJEMPLO: LA DESCRIPCIÓN DE LAS ZONAS ESPELEOLÓGICAS / HIDROLÓGICAS ALREDEDOR DEL RÍO ESLA (LEÓN).

En este apartado se estudian los sistemas hidrológicos/espeleológicos que se ha encontrado en las formaciones carbonatadas anteriormente mencionadas. En la figura 4 se ha indicado en el mapa de la figura 1 algunos indicios importantes, como son los cuevas principales, cuevas pequeñas, pozos y manantiales. Para facilitar su descripción se ha dividido la región en tres zonas: la zona oriental, la zona central y la zona del noroeste. A continuación se analiza la razón geológica más plausible de porqué cada sistema se ha desarrollado hasta la situación presente.
La idea es facilitar al lector el entendimiento de algunos casos reales, que pueden funcionar como ejemplos para un mejor reconocimiento de situaciones parecidas que se puede encontrar en el mapa geológico de una zona nueva.


La figura 4 muestra el mismo mapa con los cuevas principales, cuevas pequeñas, pozos y manantiales.


LA ZONA ORIENTAL, ALREDEDOR DE VERDIAGO.
El primer ejemplo trata de las calizas y dolomías de la zona oriental, alrededor de Verdiago. Los tramos más interesantes se han denominado A, B y C.

El tramo A consiste de la Formación Portilla (formación número 8) y llega desde Verdiago hacia el arroyo de San Martino en el noroeste. Donde el tramo es cortado por el río Esla (en su terminación sur, en Verdiago) se encuentra la Cueva del Carro (Cueva de la Hoja) (1) al lado de la carretera. La cueva está situada unos pocos metros por encima del río. En época de deshielo existe una fuente al lado de la entrada que funciona como aliviadero de la cueva, quedándose las galerías inferiores completamente anegadas. En el límite noroeste de este tramo, el arroyo de San Martino se infiltra por completo en las calizas, en época de estiaje, y además se encuentran las entradas de unas pequeñas cuevas. El afloramiento del tramo A es un altiplano que no recibe aguas de escorrentía de formaciones vecinas, ni su superficie es lo suficientemente amplia para poder explicar el caudal de la fuente por acumulación de aguas de precipitación. Pues, la pérdida del arroyo de San Martino, situado a un nivel topográfico superior (unos 50 metros por encima de la cueva), es la única explicación plausible para el origen del caudal de la fuente. Además, la presencia de algunas cortas, pero amplias cuevas que parecen haber funcionado como sumideros, lo confirman.


La figura 5 es una ampliación de la parte oriental del mapa, indicando las cuevas y fuentes alrededor de Verdiago. Indicados en negro: Cueva de la Hoja (1), Cueva de San Antonio(2), pequeña cueva (3) y el Pozo de San Martín (4). Indicados en azul: aliviadero de la Cueva de la Hoja (1) aliviadero de la Cueva de San Antonio (2), manantial al pie del anticlinal (3) y en morado se ha indicado el trayecto por donde se pierde el arroyo de San Martino.

Esta situación es un ejemplo de un tramo de roca carbonatada situado entre dos cursos de agua. Si el desnivel entre ambos es considerable hay una (gran) posibilidad que se establece una conexión hidrológica, y por tanto una buena posibilidad de encontrar una cueva. El posible desarrollo de la cueva va desde su boca hasta la pérdida del arroyo en el otro valle, mientras que las dimensiones de una cueva en estas condiciones debieron de ser bastante uniformes, porque el caudal es constante por toda la cueva.

El tramo B consiste de la Formación Lancara (formación número 0) y llega desde Verdiago hacia el arroyo de San Martino en el noroeste, en paralelo al tramo A. Donde el tramo es cortado por el río Esla (en su terminación sur, en Verdiago) se encuentra la Cueva de San Antonio (2) y una fuente intermitente que solo funciona en época de deshielo. La situación es muy parecido al del tramo A, con la excepción que el arroyo de San Martino no pierde una cantidad de agua apreciable en la terminación noroeste. Sin embargo, en este caso existe una amplia vertiente vecina de roca impermeable (hacia el noreste) que aporta agua de escorrentía, que en parte es recogida por un pequeño arroyo que cruza la formación, y que por otra parte infiltra directamente a lo largo del contacto con la formación.
Esta situación es un ejemplo de un tramo de roca carbonatada situado por debajo de una vertiente de escorrentía, de donde proviene la mayor parte del caudal del acuífero subterráneo. La situación más favorable es cuando el rumbo de la formación es más o menos paralelo al valle, es decir perpendicular sobre la vertiente, y con una estratificación que inclina montaña adentro. De este modo se puede recoger gran cantidad de agua, que es acumulada montaña adentro, que se dirige a lo largo de la formación hacia el punto topográficamente más bajo.

La prolongación del tramo A hacia el otro lado del arroyo de San Martino (hacia el oeste) es mucho menos favorable para establecer una conexión hidrológica porque la distancia hacia el punto más bajo es unas tres veces mayor (gradiente hidráulico tres veces menor). Este punto bajo se encuentra al lado del río Esla en Valdoré. Sin embargo, en ambas terminaciones se puede encontrar pequeñas cuevas que son el resultado de un acuífero de poco caudal que se ha formado por la precipitación directa sobre la caliza y algo de escorrentía. Es probable que el desagüe principal de este acuífero ocurre directamente en el lecho del río Esla.
Las prolongación hacia el sur de Verdiago (otro lado del río Esla) se encuentra en más o menos la misma situación y no se conocen cuevas.

La prolongación del tramo B hacia el otro lado del arroyo de San Martino (hacia el oeste) recoge bastante agua de escorrentía y su desagüe debe de ser hacia el río Esla en el noroeste (hacia Valdoré). En su corte con el río no se encuentra ninguna cueva, aunque si existen muchas grietas. Su desagüe más probable será directamente en el lecho del río Esla.

El tramo C es un anticlinal formado en las calizas de la Formación Santa Lucía (formación número 6) a cuyo pie se encuentra un gran manantial a las orillas del río Esla. El caudal es demasiado grande en comparación con la superficie del tramo C, pero la figura 3 muestra unos afloramientos de la misma formación y del mismo anticlinal hacia el suroeste, ampliando la superficie de recogida de precipitación y escorrentía. En medio del anticlinal se encuentra el Pozo de San Martín.


La figura 6 es una ampliación de la parte central del mapa, indicando las cuevas y fuentes al norte de Sabero. Indicados en negro: Cueva el Trigal (1), pequeños pozos (2), pequeña cueva (3) y Cueva de Valdelajo (4). Indicados en azul las tres fuentes del sinclinal (1, 2 y 3) y las dos fuentes al norte del anticlinal (4 y 5).


LA ZONA CENTRAL.
El segundo ejemplo trata de las calizas y dolomías de la zona central y los tramos más interesantes se han denominado A, B y C. No se muestra el mapa topográfico porque las curvas de nivel están bastante claras.

El tramo A incluye las formaciones carbonatadas de Portilla (número 8) y Lancara (número 0) y se trata de un sinclinal. La Formación Lancara forma el núcleo del sinclinal con una superficie reducida y sin aportaciones de escorrentía y por tanto no es interesante. Aunque la Formación Portillo tampoco recibe aportaciones de escorrentía, su superficie es lo suficientemente grande para despertar nuestro interés. Aquí se encuentra la Cueva el Trigal (1) y dos pequeños pozos (2) relacionados con marcadas fallas. Una parte del desagüe ocurre en el punto más al oeste, como una pequeña fuente al lado del Arroyo de la Mina (1), otra parte del desagüe ocurre por entre los derrumbamientos que se encuentran al pie del punto más bajo en el norte (2), mientras que un tercer desagüe ocurre en el punto más bajo en el sur (3). No se han encontrado cuevas relacionadas con las fuentes.
Parece que en la actualidad, en este tramo, hay por lo menos tres acuíferos que son demasiado pequeños para formar conductos penetrables. No es imposible que las relativamente grandes salas del Trigal se han formado en un solo acuífero antiguo que pude haber existido entre el Arroyo de la Mina y el río Esla (ver siguiente ejemplo).
La relación con un sistema hidrológico antiguo es apoyada por la situación de la cueva en una de las partes más altas, desconectada del sistema hidrológico actual.
En este ejemplo se ha tratado las razones para descartar una formación (la Lancara) como un objetivo principal, lo que no quita que siempre se puede echar una ojeada, y también se ha deducido porque una zona aparentemente favorable no tiene cuevas (fracción del acuífero en tres partes). Sin embargo, se ha encontrado una cueva en lo más alto (el Trigal) indicando que el tramo pudo haber sido favorable en el pasado, y por último se han encontrado unos pozos relacionados con fallas.

La prolongación del tramo A, situado al otro lado del Arroyo de la Mina, pudiera tener alguna cueva, pero no se ha encontrado ninguna.

El tramo B incluye la formación carbonatada de Santa Lucía (número 6) y se trata de un anticlinal. Las cuevas se encuentran alrededor del Arroyo de la Mina, por dos razones contradictorias. Las pequeñas cuevas (3) situadas en el flanco sur del anticlinal, se han formado en un sistema de desagüe hacia el arroyo que en este caso funciona como nivel de base local. (hay que añadir que es posible que las cuevas pueden ser el resultado de una formación superficial en condiciones (peri)glaciales, pero esto sale fuera del contexto de este artículo). La Cueva de Valdelajo (4), descubierta hace unos años durante la excavación de una nueva cantera y desde entonces acondicionado para su visita (la cantera se ha cerrado por el descubrimiento de la cueva, gran aplauso), se encuentra en el flanco norte del anticlinal y parece que es parte de un antiguo sumidero. La cueva está situada exactamente en el límite norte de la formación, donde el arroyo entraba en contacto con la formación de caliza (figura 6). Después de un reconocimiento del terreno pude encontrar por lo menos dos manantiales importantes (4 y 5), situados en el extremo nororiental de la caliza, a las orillas del río Esla. Lo más probable es que la Cueva de Valdelajo ha funcionado como sumidero y que parte del agua del arroyo, aumentado por precipitación directa sobre la caliza y aguas de escorrentía, desagüe directamente hacia el río Esla por el camino más corto, es decir cruzando por la caliza y pasando por debajo del monte Camperones, en lugar de seguir por el lecho del arroyo.
En este ejemplo se ha visto que una parte de un mismo valle puede funcionar como nivel de base local (para el flanco sur del anticlinal) y que otra parte puede aportar agua hacia otro nivel de base (el flanco norte con el río Esla como nivel de base). También nos muestra que aunque un valle es relativamente profundo, no es seguro que funcione como nivel de base, especialmente si la caliza tiene un contacto con otro valle todavía más bajo. Otra vez el principio del punto más bajo dentro de una formación.

El tramo C consiste de un conjunto de dos formaciones carbonatadas de una edad muy diferente, donde la formación más antigua se ha superpuesto sobre la más joven mediante un cabalgamiento. El afloramiento en la zona central es prácticamente horizontal, de tal modo que no se puede identificar claramente el punto más bajo. Puede que una parte del desagüe sea hacia el suroeste, pero la mayor parte desagüe ocurre hacia un profundo valle en el norte (zona del noroeste) donde existe un manantial muy abundante (figura 8). Su caudal es tan desproporcionado en relación con la superficie de ambas formaciones, que hace pensar que la mayoría del agua debe de provenir, en forma de escorrentía, de la gran vertiente situado al este y por encima de las calizas.
Este ejemplo indica, una vez más, el principio del punto más bajo y además la importancia de la escorrentía.

LA ZONA DEL NOROESTE, EL TRAMO DE ARVEJALES.
El tercer ejemplo se trata de un tramo donde se ha desarrollado una de las cuevas más largas de León: la Cueva de Arvejales (en exploración por el GETOTE), y por tanto lo llamo el tramo de Arvejales.

Este tramo consiste de las formaciones Portilla (8) y Lancara (0). Según el mapa ambas formaciones están separadas por las areniscas de la Formación Nocedo (9), pero en realidad desde el yacimiento de plomo y plata (Pb,Ag en la figura 7) hacia el noroeste ya no está presente. La Cueva de Arvejales (1) se ha desarrollado en la Formación Portilla, principalmente en dirección del río Esla (hacia el sureste) y pasa por debajo de la Cueva la Riera (originalmente parte del mismo sistema) cuya conexión con Arvejales probablemente solo es cuestión de tiempo. Al suroeste de la Cueva la Riera se encuentran varias cuevas cortas pero amplias, todas cortadas por colmataciones de sedimento o espeleotemas. Son partes del nivel original (el más superior) que hoy en día se ha quedado obstruido o se ha desaparecido por la erosión. Un kilómetro y medio hacia el sureste se encuentra un gran manantial en medio del río Esla y una pequeña boca de una cueva obstruida. Dentro de la Cueva de Arvejales hay un río con un caudal que en época de deshielo lo hace impracticable y no existen fuentes en todo el trayecto entre la cueva y el río. Por tanto se cree que el manantial proviene de la cueva y que la cueva pequeña puede ser una antigua salida de la cueva.
El origen del caudal del río de la Cueva de Arvejales es múltiple. Por una parte proviene de la precipitación directa sobre ambas formaciones y por otra (gran) parte proviene de escorrentía de las laderas superiores (figura 8). Esta escorrentía ha formado varios arroyos pequeños que todos se pierden en el contacto con la Formación Lancara (es decir con el primer contacto con las calizas). Dentro de la cueva reaparecen estos arroyos como pequeñas aportaciones laterales con un fuerte desnivel. También se sospecha que la cueva recibe agua del arroyo principal del valle, donde este entra en contacto con las calizas de la Formación Portilla, probablemente en tres puntos (A, B y C en la figura 8). Es que el río de Arvejales se encuentra topográficamente más bajo que el arroyo del valle y se ha encontrado un aporte importante desde la dirección del valle.

Este es un ejemplo de una formación que se encuentra en paralelo a un valle y cuyo acuífero recoge agua tanto de precipitación como de escorrentía, además de cierta cantidad de aporte del arroyo principal del valle. La superficie total de recogida de precipitación es bastante grande lo que se refleja en el volumen de sus galerías.

En este caso el acceso a la cueva se ha abierto por erosión de una parte de la roca madre donde se encuentra la cavidad, lo que por un lado negativo implica una pérdida de parte de la cueva.

La figura 7 es una ampliación de la parte noroeste del mapa, indicando las cuevas y fuentes. Indicados en negro: Cueva de Arvejalesl (1), Cueva la Riera (2), pequeñas cuevas (3, 4, y 5). Indicados en azul el desagüe de Arvejales (1), y el desagüe del tramo C de la zona central (5).


RESUMEN.

En este artículo se ha descrito los sistemas hidrológicos y su relación con las cuevas existentes (y conocidas) en una parte de un mapa geológico. El primer paso es distinguir cuales son las formaciones favorables, lo que se hace con ayuda de la leyenda, para poder descartar las formaciones no favorables. Ahora se llega al momento de un escrutinio minuciosamente de cada tramo de cada formación favorable. En este ejemplo practico hemos topado con algunas situaciones bastante comunes:
1) La acumulación de precipitación directa y aguas de escorrentía en un acuífero que luego desagua en su punto más bajo (zona oriental, tramo B).
2) El acuífero dentro de un tramo de roca favorable recibe agua de un arroyo, situado topográficamente más alto, y el desagüe ocurre en su punto más bajo (zona oriental, tramo A).
3) El acuífero dentro de un tramo de roca favorable recibe agua de un arroyo, situado topográficamente más alto, además de agua de precipitación directa y el desagüe ocurre en su punto más bajo (zona central, tramo B, Cueva de Valdelajo).
4) El acuífero recibe la mayoría del agua de escorrentía, y el desagüe ocurre en su punto más bajo (zona central, tramo C).
5) El acuífero recibe agua de precipitación directa, escorrentía, y además de un arroyo topográficamente más alto. (zona noroeste, tramo de Arvejales).

En todos los casos el punto de desagüe es un lugar de interés máximo (Cuevas de la Hoja, Cueva de San Antonio) y también las zonas de entrada de agua de los arroyos superiores (Cueva de Valdelajo).


La figura 8 indica el tramo de Arvejales (en rojo) y la superficie de donde proviene la escorrentía hacia este tramo (en negro). Las flechas indican la dirección de la escorrentía. La fuente 2 es el caudaloso manantial del tramo C de la zona central. En los sitios A, B y C (en azul) es posible que el arroyo del valle pierde agua hacia la caliza.


NOTA FINAL.

Me doy cuenta que hasta ahora solo he dado una descripción de unos ejemplos que provienen todos de una zona reducida. Hay más situaciones que son favorables para la localización de entradas o que resultan en una captación de mucho agua, lo que se refleja en la longitud y volumen de la cueva. Mi idea original fue tratar estas situaciones en este artículo, a continuación de los ejemplos, sin embargo la longitud del tema, pues ya voy por la página 13, hace que las trate en un próximo artículo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

EL USO DE LOS SIGNOS EN EL MAPA GEOLÓGICO.


Marius van Heiningen
mvh@telecentroscyl.net


INTRODUCCIÓN.

Tengo que confesar que cuando acepté la propuesta de escribir un artículo acerca de, cómo encontrar entradas de cuevas, no había pensado en la ingente tarea que me iba suponer. Enseguida me di cuenta que debiera de diferenciar entre la preparación en casa y el trabajo de campo. Empezando a escribir acerca de esta preparación me salió un artículo entero tratando de la interpretación del mapa topográfico. El siguiente artículo debiera de tratar el mapa geológico, pero mirando los mapas para buscar unos ejemplos me di cuenta que para un laico solo la leyenda del mapa ya podía ser un obstáculo infranqueable. Por esta razón el presente artículo trata de los signos más importantes de un mapa geológico. Me doy cuenta que el contenido de este artículo no es suficiente para poder realizar una correcta interpretación de un mapa geológico, por ser un labor altamente especializada. Sin embargo, incluso un conocimiento somero puede ser de una gran ayuda para interpretar el aspecto espeleológico/hidrológico del mapa, porque a menudo se trata de áreas relativamente reducidas y aisladas, donde no hace falta un entendimiento profundo de la geología regional (aunque, su conocimiento, claro está, siempre ayuda).

Para poder usar el mapa geológico correctamente, primero hay que saber el significado de los signos convencionales, es decir los símbolos usado en el mapa. La figura 1 muestra algunos signos convencionales usado en el mapa de Riaño (105) del Instituto Tecnológico GeoMinero de España.
Se ha hecho una selección de los signos más importantes los cuales son:
Dirección y buzamiento
Buzamiento vertical e invertido
Terraza
Contacto normal y discordante
Falla, falla de desgarre y cabalgamiento
Anticlinal y sinclinal
Anticlinal y sinclinal con vergencia
Trazado de capas



La figura 1 muestra los signos convencionales más importantes para un espeleólogo. Los signos se han tomado del mapa de Riaño (105) del Instituto Tecnológico GeoMinero de España.


EL SIGNO DE DIRECCIÓN Y BUZAMIENTO.

El signo de dirección y buzamiento consiste en una raya larga que indica la dirección de la estratificación (el rumbo) y una raya corta que indica hacia donde se inclinan los estratos (figura 2).


La figura 2 muestra el signo que indica la dirección (rumbo) y el buzamiento (máxima inclinación) de los estratos.


Si además el valor del buzamiento es conocido, se lo pone al final de la raya corta. La parte superior de la figura 3 muestra un detalle de un mapa geológico con tres formaciones (azul oscuro, rojo y verde oscuro). Se ve claramente que la raya larga del signo es paralelo a la estratificación. Por la línea AB se ha levantado un perfil (alzado) que es mostrado en la parte inferior de la misma figura. En el perfil se puede ver que el número que acompaña el signo (en este ejemplo 45) indica el buzamiento de la formación.
En resumen: El signo de dirección y buzamiento nos permite saber la colocación exacta de los estratos, lo que nos ayuda para inferir estructuras geológicas más complejas.


La figura 3 muestra la colocación del signo de dirección y buzamiento sobre un mapa geológico y el perfil que se puede deducir a partir de este dato.


LOS SIGNOS DE BUZAMIENTO VERTICAL E INVERTIDO.

La figura 4 muestra los signos de buzamiento vertical y buzamiento invertido. El signo de buzamiento vertical nunca tiene un número para indicar la inclinación porque ya se sabe que esta es de 90 grados. En el signo de buzamiento invertido si se puede indicar la inclinación.


La figura 4 muestra los signos de buzamiento vertical y buzamiento invertido.


La mayoría de los sedimentos se depositan sobre un terreno más o menos horizontal y por tanto la parte inferior de una formación suele ser de mayor edad que la parte superior. Durante la formación de una cadena montañosa (orogénesis) estos sedimentos son levantados, plegados y quebrados. El resultado es que hoy por hoy los estratos ya no suelen estar en horizontal, sino que presentan una mayor o menor inclinación.
La figura 5 muestra un ejemplo de la formación de un pliegue y el aumento progresivo de la inclinación de los estratos.
En la figura 5A no hay deformación y la posición de las formaciones es horizontal.
Las cifras 1, 2 y 3 indican las bases de las formaciones A, B y C, y el 4 indica el techo de la formación C. La base de la formación A contiene las rocas más antiguas y el techo de la formación C las rocas más jóvenes.
La figura 5B muestra la formación de un pliegue, causado por una fuerza desde la derecha. Los estratos se han inclinado, pero como indica la línea X1-X2 (X1 está situado en el techo y X2 en la base) los techos se encuentran por encima de las bases. Los estratos se indicarían con el signo de dirección y buzamiento normal.
La figura 5C muestra el mismo pliegue en un estado más avanzado. La línea X1-X2 indica unos estratos en situación vertical y en el mapa estarían indicados con el signo de buzamiento vertical.
La figura 5D muestra como con el plegamiento progresivo se ha formado un pliegue con un lado invertido (el lado de la izquierda). La línea X1-X2 indica que la base de la formación se encuentra por encima del techo, una situación que en el campo no siempre es de fácil verificación. En el mapa se indicaría con el signo de buzamiento invertido.


La figura 5 muestra el desarrollo progresivo de un pliegue por una fuerza compresiva desde la derecha. El flanco izquierdo del pliegue de las figuras B, C y D indican una situación de buzamiento normal, buzamiento vertical y buzamiento invertido, respectivamente.


TERRAZAS.

Las terrazas indican una acumulación de sedimentos, normalmente relacionada con cursos fluviales (ríos y arroyos). Su importancia está en que por un lado hay muchas cuevas cuyo desarrollo está íntimamente ligado con la formación de terrazas, y por otro lado que las terrazas indican pulsos de sedimentación, lo que ayuda en descifrar la historia geológica regional.
La figura 6A muestra el perfil de un valle con una terraza mientras que la figura 6B muestra como esta situación quedaría representada en el mapa.


La figura 6 muestra un perfil de un valle con una terraza y su representación en el mapa.


La figura 7 muestra un ejemplo de terrazas en el mapa geológico de Riaño (León). Estas terrazas están situadas entre Valdoré y Aleje, entre 6 y 11 kilómetros al norte de Cistierna (León), y en este caso, la existencia de terrazas se puede relacionar con un evento de sedimentación dentro de la Cueva de Arvejales (Velilla de Valdoré).
A primera vista las terrazas no son muy útiles para encontrar nuevas cuevas, sin embargo indican un nivel de base constante durante un tiempo relativamente largo y por tanto un nivel topográfico con una mayor presencia de galerías. Además estas galerías pueden estar mejor desarrolladas, aunque por otro lado pueden estar colmatadas por los sedimentos.


La figura 7 muestra la presencia de terrazas en la orilla izquierda del Río Esla (el río fluye hacia el sur).


CONTACTO NORMAL Y DISCORDANTE.

Un contacto normal indica que el cambio hacia la siguiente formación es gradual, sin grandes interrupciones en el tiempo y que los estratos de ambas formaciones son paralelos. Si el contacto es discordante normalmente hubo una gran interrupción en el tiempo por una época de erosión y/o deformación tectónica. La distinción entres ambos contactos no suele dar muchas pistas acerca de donde buscar cuevas, no obstante es posible que esta época de interrupción de sedimentación haya causado cierto grado de karstificación, lo que da como resultado un nivel preferencial para la formación de cuevas.


LAS FALLAS.

Una falla es un plano de ruptura en la que existe un desplazamiento (relativo) de los bloques a ambos lados. A menudo se indican las fallas con líneas o curvas negras sin más, cuyo desplazamiento a veces se puede interpretar y otras veces no. Una falla de desgarre indica un desplazamiento horizontal, normalmente sobre una distancia considerable. Las flechas a ambos lados indican el movimiento relativo. Un cabalgamiento es una falla donde un paquete de formaciones se ha puesto sobre si mismo, de este modo duplicando la estratificación. Los triángulos apuntan hacia el bloque que se ha superpuesto.
Las fallas son importantes porque pueden ser vías para los flujos subterráneos y además es común que las fallas limitan a las formaciones, y por tanto pueden ejercer mucha influencia sobre la localización de cuevas. Hay que poner especial atención a las fallas en relación con manantiales.
La figura 8 muestra el desplazamiento de dos formaciones (rojo y amarillo) por una falla de desgarre. El plano de la falla es vertical y está en morado. El desplazamiento es igual a la distancia entre A y B.


La figura 8 muestra el desplazamiento de dos formaciones (rojo y amarillo) por una falla de desgarre. El plano de la falla está en morado.



La figura 9 muestra el perfil de un cabalgamiento. Tanto la fuerza tectónica como el desplazamiento son hacia la izquierda.


La figura 9 muestra el perfil de un cabalgamiento. Tanto la fuerza tectónica como el desplazamiento son hacia la izquierda. La formación se ha quebrado por la falla A-B y se ha puesto por encima de si misma. El punto A se ha desplazado hacia A1 y el punto B hacia B1.

La figura 10 muestra la vista en plano (como en un mapa) de un desplazamiento de un cabalgamiento por una falla de desgarre (F1-F2). El desplazamiento es igual a la distancia entre C1 y C2. La parte al norte de la falla (parte superior) se ha movido hacia la derecha y la parte al sur (parte inferior) hacia la izquierda, es decir que el movimiento es en la dirección de las agujas del reloj. En este caso se dice que se trata de una falla dexstral, y si el desplazamiento es al revés se trata de una falla sinestral. Se nota que el cabalgamiento ha duplicado parte de los afloramientos (repetición de formaciones). El bloque de la derecha se ha superpuesto sobre el bloque de la izquierda, como es indicado por la dirección de los triángulos o “dientes”.


La figura 10 muestra el desplazamiento de un cabalgamiento por una falla de desgarre (F1-F2). Es desplazamiento es igual a la distancia entre C1 y C2.


ANTICLINAL Y SINCLINAL.

Los anticlinales y sinclinales son pliegues, el anticlinal de forma convexo hacia arriba y el sinclinal de forma convexo hacia abajo (figura 11). Un anticlinal lleva rocas más antiguas en su núcleo mientras que un sinclinal lleva en su núcleo las rocas más jóvenes. Un anticlinal y un sinclinal suelen ir de la mano, del mismo modo que lo hacen una montaña y un valle, Es decir que generalmente van asociados, sucediéndose unos a otros, donde un flanco pertenece tanto al anticlinal como al sinclinal.
La figura 11A muestra unos estratos plegados e indica un anticlinal y un sinclinal. La formación 1 es la más antigua y la formación 4 la más joven. La figura 11B muestra la misma situación, pero con gran parte de las rocas desaparecida por la erosión. En este perfil se puede observar que el anticlinal tiene en su núcleo las rocas más antiguas, mientras que el sinclinal lleva en su núcleo las rocas más jóvenes. La figura 11C muestra el mismo perfil y además la representación sobre el mapa.


La figura 11 muestra un anticlinal y un sinclinal, tanto en perfil como sobre el mapa geológico. Para más detalles ver el texto.


ANTICLINAL Y SINCLINAL CON INDICACIÓN DE VERGENCIA.

Cuando un pliegue se ha apretado tanto que uno de los flancos se ha invertido, entonces los dos flancos inclinan en la misma dirección. Esta dirección se llama vergencia. Si se examina el signo se ve que está compuesto de una flecha normal y otra flecha que indica unos estratos invertidos y por tanto ambos apuntan en la misma dirección.
La figura 12A muestra en perfil un anticlinal y un sinclinal con un flanco invertido (el flanco que tienen en común) y un anticlinal y un sinclinal normal. La figura 12B muestra el mismo perfil y además como se quedaría la representación en un mapa geológico.


La figura 12 muestra un anticlinal y sinclinal con vergencia y un anticlinal y sinclinal normal.


TRAZADOS DE CAPAS.

Los trazados de capas indican ciertos niveles buen marcados dentro de una formación.
Muchas veces se han determinado con la ayuda de fotos aéreas y su importancia reside en que nos indica la dirección y a veces el buzamiento de los estratos. Es verdad que en una formación de poco espesor los estratos suelen ser paralelos a los contactos de la formación, pero si la superficie de un afloramiento es grande, esta regla pierde valor y las capas son muy útiles.


UN EJEMPLO DE UNA SITUACIÓN REAL.

La figura 13 muestra un ejemplo de un mapa geológico (Riaño, 105), donde se indican algunas de los signos explicados. Acerca de la numeración con que se indican las formaciones se puede decir lo siguiente: que cuanto más bajo es el número, más antigua es la formación (los números se explican en la leyenda del mapa). Por esta razón se ha podido determinar el anticlinal y el sinclinal, aún aunque faltaba su indicación. El núcleo del anticlinal lo forma la formación 6 (y incluso una parte de la formación 5), rodeado por la formación 7, es decir la formación más antigua se encuentra en el núcleo y además coincide con el buzamiento indicado por el signo correspondiente. El sinclinal consiste de las formaciones 8 y 9, rodeado por la formación 6, es decir que las formaciones más jóvenes se encuentran en el núcleo. En el centro del sinclinal se encuentra un cabalgamiento que ha superpuesto una formación más antigua (formación 0) sobre una formación más joven (formación 9). Hacia el sur todas las estructuras se han cortado por una discordancia, lo que implica que esta discordancia representa un evento más tardío que la formación del cabalgamiento y de los pliegues. En el norte se puede ver una terraza fluvial y otro cabalgamiento.


La figura 13 indica varios ejemplos de signos geológicos. Para los detalles ver el texto.


CONCLUSIÓN.

Con un buen entendimiento de los signos geológicos se puede determinar la posición real de las formaciones en el campo y su significado para la presencia de cuevas, lo que será tratado en el próximo artículo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

BUSCANDO CUEVAS: La interpretación del mapa topográfico.


INTRODUCCIÓN.

La prospección de nuevas entradas de cuevas no se debiera realizar solo a base de perseverancia y una dosis de suerte. Aunque ambas cosas también son necesarias, para aumentar las posibilidades de éxito y minimizar la horas de búsqueda, es mucho mejor seguir una metodología .
La preparación de la prospección empieza en casa haciendo buen uso de mapas topográficos y geológicos, fotos aéreas (sigpac) y una reconstrucción del terreno en tres dimensiones (google earth). Además hay que reunir la máxima cantidad posible de publicaciones espeleológicas e (hydro)geológicas disponibles de la zona.
Los mapas topográficos y geológicos se puede comprar en una librería (especializada) o descargar gratis de la página web del IGME (Instituto Geológico y Minero de España, http://www.igme.es/internet/default.asp). Una buena fuente para consultar fotos aéreas y mapas topográficos de toda España es la página web del sigpac visor (http://sigpac.mapa.es/fega/visor/), y para obtener una buena impresión de la topografía del terreno en tres dimensiones se puede usar el programa de google earth (descargar gratis en http://earth.google.es/)


LOS MAPAS TOPOGRÁFICOS.

Los mapas topográficos pueden ser muy útiles y aún sin conocer el terreno, una buena interpretación nos puede proporcionar unas cuantas pistas sobre la localización de posibles bocas de cuevas. Las pistas más importantes son las siguientes:
1) La desaparición y aparición de arroyos y ríos.
2) Las depresiones cerradas.
3) Los manantiales.
4) Indicación de cueva en el mapa.
Los mapas topográficos suelen ser de escala 1:50.000 o 1:25.000, aunque también existen mapas a escala 1:10.000 (que a menudo son ampliaciones de las escalas anteriores). Para una primera orientación los mapas de 1:25.000 me parecen lo más útil, por presentar bastante detalle sin perder la situación global. Si uno dispone de internet entonces la mejor fuente es probablemente el visor de sigpac (ver arriba).

LA DESAPARICIÓN Y APARICIÓN DE ARROYOS Y RÍOS.
La interrupción de un curso fluvial suele indicar la presencia de un sumidero y por tanto lo convierte en un punto de especial interés. El primer paso es buscar en los alrededores de este punto de pérdida si hay algún curso que “de repente” aparece a un nivel topográfico más bajo, pudiera ser la reaparición (resurgencia) del mismo río. Si esto es el caso se puede medir la distancia horizontal (usando la escala del mapa) y la diferencia en altura (usando las curvas de nivel) para determinar la horizontalidad (o verticalidad) de la posible cueva.
La topografía alrededor del punto de terminación o aparición de un río nos puede dar mucho más información adicional. Si desaparece en una depresión marcada se trata de una dolina.
Una dolina muy alargada puede indicar que detrás del sumidero activo se encuentra uno o más sumideros (semi)inactivos, normalmente situada a solo unos decenas de metros del sumidero actual. Los sumideros situados en dolinas suelen dar acceso a pozos, aunque más abajo se puede encontrar galerías horizontales. Por otro lado, a veces el río fluye por un valle cuya terminación consiste de una pared más o menos abrupta (valle ciego o “blind valley” en inglés). En este caso es más probable que el río entre por una boca cueva que da acceso a una galería horizontal, aunque la presencia de pozos más adentro depende de la verticalidad del sistema. Si el sumidero no es practicable puede haber entradas por encima (sumideros inactivos) en la pared terminal del valle.
Si un arroyo aparece a pie de una pared vertical la posibilidad de encontrar una entrada de cueva es mucho mayor que cuando aparece en una pendiente suave.
De todos modos es frecuente que no se pueda identificar el punto de reaparición de un curso perdido. A menudo el agua brota como un manantial subacuático en el lecho de un río principal y a veces reaparece como un manantial submarino. Esto último es relativamente frecuente en el Mar Mediterráneo.
El cambio de un arroyo intermitente (línea azul interrumpida) hacia un arroyo perenne
(línea continua en el mapa) puede ser debido a una aportación de agua puntual, es decir proveniente de un manantial. Si además cerca de este cambio el mapa indica una fuente, entonces se trata de un punto de alto interés.

LAS DEPRESIONES CERRADAS.
La depresiones cerradas suelen indicar rocas solubles, como calizas, dolomías, yesos y sales. Las depresiones pueden variar mucho en tamaño y forma, por ejemplo: una dolina de solución suele ser redonda y relativamente pequeña, un valle ciego de forma alargada, y un polje es grande y de forma variable. Una cantidad de pequeñas depresiones juntas indican un campo de dolinas y por tanto la presencia de roca carbonatada. Los valles ciegos y poljes indican la presencia de roca carbonatada como mínimo en su punto de terminación, aunque especialmente los poljes pueden estar rodeados por ellas.
Una depresión cerrada es mucho menos indicadora de una entrada de cueva que los sumideros y resurgencias, pero por lo menos prueba la existencia de las rocas que nos interesan y cierto grado de karstificación.
En el caso de los poljes puede haber entradas en cualquier punto de su circunferencia, pero especialmente alrededor de sus puntos más bajos, porque es aquí donde se suponen que se encuentran los sumideros.
En el caso de los valles ciegos ya se ha dicho que las cuevas son lo más probable en su punto de terminación, independiente si el valle lleva un curso de agua o no.
En el caso de las dolinas (las depresiones más pequeñas) la interpretación es más complicada debido a los diferentes orígenes posibles. En una gran extensión con múltiples dolinas, probablemente situadas en las partes altas de una montaña, indican un origen de solución. En este caso la presencia de entradas en su punto más profundo no es muy probable, pero si puede haber pozos en sus pendientes o en las zonas entre las dolinas. Una sola dolina puede indicar un origen de derrumbamiento o un sumidero de un curso demasiado pequeño para estar en el mapa. Ambos ofrecen ciertas posibilidades. El significado de una alineación de dolinas es ambiguo, por un lado hay buenas posibilidades si están situados en una falla mayor (especialmente si se encuentran por encima de una cueva topografiada o sobre un trayecto subterráneo supuesto), y por otro lado las posibilidades son casi nulas si la alineación representa una zona de microfisuras. Si la forma de la dolina parece una gota de agua (figura X), se posibilidades, pero estos detalles dependen de la escala del mapa.

LOS MANANTIALES.
Los manantiales son los puntos de reaparición del agua de los acuíferos. En el caso de acuíferos kársticos el desagüe ocurre por conductos formados por disolución, que si son lo suficientemente grandes los llamamos cuevas. Por tanto los manantiales pueden estar ligados a galerías más altas, que actualmente son practicables (aunque los manantiales también pueden ser objeto de buceo), o ser penetrables directamente. Especialmente los manantiales que se encuentran por debajo de un macizo con un campo de dolinas merecen nuestra atención, así que los manantiales de gran volumen por ser normalmente de carácter kárstico. Si en el mapa se indica que un manantial es el inicio de un curso de agua, se le puede atribuir cierto caudal.

INDICACIÓN DE CUEVAS EN EL MAPA.
En los mapas del ejercito se suele indicar alguna que otra cueva, que normalmente son cuevas muy conocidas y con una boca de gran tamaño. Algunos mapas de zonas montañosas, como por ejemplo los Picos de Europa o los Pirineos, que van dirigidos a excursionistas indican una cantidad apreciable de cuevas y simas. También en los mapas de sigpac se indican cuevas.


LA EXACTITUD DE LOS MAPAS.

Por desgracia hay que tener en cuenta que los mapas no suelen ser tan exactos como nos gustaría. Especialmente la indicación exacta de cuevas y de arroyos perennes e intermitentes no suelen ser de fiar. El fallo en localización fácilmente puede llegar a varios centenares de metros.


ALGUNOS EJEMPLOS REALES DE INDICACIONES KÁRSTICAS.

Los siguientes mapas se han descargado de sigpac y se tratan de localidades visitados por el autor. En cada figura se indican unos accidentes topográficos marcados que debieron llamar la atención al investigador y se explica la situación real.

EL SISTEMA DE ORANDI EN COVADONGA (PICOS DE EUROPA, ASTURIAS).
En el mapa se indica un valle ciego con un arroyo intermitente que termina al final del valle (número 1). El valle está separado del profundo valle de Covadonga (250 metros de desnivel) por el Colladín de Orandi (17 metros de altura), donde se indica la Cueva de Orandi (número 2). En realidad esta cueva se encuentra al final del valle ciego, exactamente donde se indica el punto más bajo (519 metros), mientras que el río es perenne en lugar de intermitente.
Otros puntos de interés máximo son la cueva indicado al lado del santuario de Covadonga (número 3) y la fuente Güeyu Reinazo (número 4), situados en el fondo del valle por debajo de la Cueva de Orandi. Por debajo de la pared vertical de la Cueva de Covadonga empieza un arroyo. En realidad ambos son resurgencias con un buen caudal que están relacionados con el Orandi.
La verticalidad entre el sumidero de Orandi y la Fuente Güeyu Reinazo (una cueva accesible) es de 0,5 metro de desnivel por metro horizontal (260 metros de desnivel dividido por 520 metros horizontales) y la verticalidad entre el sumidero y la Cueva de
Covadonga es de 0,16 metro de desnivel por metro horizontal (280 metros de desnivel dividido por 1800 metros horizontales).
En este ejemplo se ha podido identificar en el mapa un valle ciego, la desaparición de un arroyo, 2 cuevas, la aparición de un arroyo y un manantial. Elementos que en la realidad están íntimamente relacionados. También se han indicado dos errores del mapa y se ha dado un ejemplo de cómo calcular la verticalidad del posible sistema.




La figura 1 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico alrededor del santuario de Covadonga (Asturias). Para los detalles ver el texto.


POLJE DE COMEYA Y LAGOS DE COVADONGA (PICOS DE EUROPA).
El polje de comeya es una gran depresión con un fondo muy plano que recibe sus aguas de un pequeño arroyo desde el este, de la Fuente Fría y de los lagos de Covadonga. La Fuente Fría es una surgencia situada por debajo de una pared vertical en el borde meridional del polje (número 1). Los aguas se juntan en el polje en un solo arroyo que desaparece en un sumidero situado en el noroeste del polje (número 2). Los números 3 y 4 indican unos antiguos sumideros.
En este ejemplo se ha podido identificar un polje, un manantial con la aparición de un arroyo, la desaparición del mismo arroyo y unos sumideros antiguos. También las demás fuentes debieron haber llamado la atención, pero parecen de menor importancia.


La figura 2 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico alrededor de la Vega de Comeya (Lagos de Covadonga). Para los detalles ver el texto.


EL VALLE CIEGO DE GÜESERA Y CUEVA TRUMBIO (SUBIDA A LOS LAGOS DE COVADONGA).
En la cabecera del valle de Güesera se encuentra la Fuente el Porru (número 1) y en el punto más bajo del valle, al final de una marcada depresión, se encuentra la enorme boca de la Cueva Trumbio (número 2). Lo curioso de este valle ciego es que se bifurca en dos sumideros, el segundo se encuentra en la parte norte (número 3) y se puede penetrar por unas docenas de metros. El agua de la Fuente el Porru probablemente proviene del sumidero del polje de Comeya.
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre fuente, valle ciego y dos cuevas.


La figura 3 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico al sur de la carretera que sube a los Lagos de Covadonga (Asturias). Para los detalles ver el texto.


EL VALLE DEL MARQUÉS Y EL SISTEMA DEL INFIERNO (DESFILADERO DEL RÍO TORÍO, LEÓN).
El valle del Marqués es un altiplano de varios kilómetros cuadrados, donde se encuentran gran cantidad de dolinas, lo que indica que se trata de roca soluble. En este caso se trata de una gran cueva horizontal que se encuentra al final de un pequeño arroyo normalmente seco y varios pozos que se encuentran entre las dolinas. El desagüe subterráneo del macizo reaparece en el Pozo del Infierno (número 1), situado en el desfiladero junto al puente, aunque en realidad se encuentra al este del río (al lado del macizo).
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre campos de dolinas y la roca soluble en conjunto con una fuente situada al pie del macizo.


La figura 4 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico al este del río Torío, enfrente de la Cueva de Valporquero (León). Para los detalles ver el texto.


VERTIENTE SUR DE PEÑACORADA (CISTIERNA, LEÓN).
En el mapa se puede ver dos cambios de un arroyo intermitente hacia un arroyo permanente (perenne), indicado con los números 2 y 4, y dos fuentes indicadas con los números 1 y 3. Además, el nombre de Fuente Cueva del Moro ya es bastante claro. En el caso de Fuente de los Pastores el arroyo permanente mana de dicho manantial, cuyo localización real se encuentra 100 metros al sur de la línea de alta tensión (número 5). También en el caso de Fuente Cueva del Moro el río brota directamente de ella y su localización real se encuentra en el número 4. Unos veinte metros por encima del manantial se encuentra la entrada de Cueva Lomas (Cueva de los Moros).
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre cambios de caudal de arroyos y fuentes, aparte de la poca exactitud de los mapas.


La figura 5 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico en el vertiente sur del macizo de Peñacorada (Cistierna, León). Para los detalles ver el texto.


LA CUEVA DE PURÓN (SIERRA DE CUERA, ASTURIAS).
En el mapa se puede ver que un arroyo desaparece en una amplia dolina (número 1).
A primera vista existen dos cabeceras de arroyos que pudieron funcionar como resurgencia, sin embargo la cabecera número 3 se encuentra a la misma altura que el sumidero y por tanto es la menos probable. Efectivamente el arroyo reaparece en el número 2 y la Cueva de Purón se puede recorrer desde el sumidero hasta la resurgencia.
En este ejemplo se ha mostrado la desaparición de un río en una dolina y la relación entre sumidero y resurgencia.


La figura 6 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico en la Sierra de Cuera (Purón, Asturias) Para los detalles ver el texto.


LA CUEVA HUELGA (CANGAS DE ONIS, ASTURIAS).
En el mapa se puede ver como el Arroyo de la Huelga desaparece al principio de una amplia dolina, o más bien un valle ciego (número 1). Al noreste y unos 50 metros más bajo se puede ver como empieza un arroyo (número 4) y en la vertiente al norte de la dolina hay un marcado lecho seco (número 3) que fácilmente pudiera ser la antigua prolongación del arroyo. Este conjunto topográfico hace sospechar que al final de la dolina pudiera haber un sumidero y que en algún punto del valle seco pudiera haber una (antigua) resurgencia.
La realidad es que al final de la dolina hay una gran boca (entrada de la Cueva Huelga) y que hay una boca más pequeña en el número 7. Los números 5 y 6 son dos manantiales al lado del arroyo inferior, de los cuales el número 6 es una pequeña cueva practicable por unos 50 metros antes de sifonarse. La cabecera del arroyo no se encuentra en el número 4, sino bastante más arriba y por tanto hace menos probable su relación con la Cueva Huelga. En época de crecida el arroyo superior entra directamente en la boca de la Huelga.
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre sumidero, dolina o valle ciego, valle seco situado como prolongación y arroyo inferior.


La figura 7 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico de la Cueva la Huelga (Cangas de Onis, Asturias). Para los detalles ver el texto.


NOTA FINAL.

Todos los ejemplos han mostrado un conjunto de elementos topográficos que están relacionados con un sistema kárstico. Esta claro que haber visitado la zona facilita muchísimo la tarea de interpretación, lo que nos enseña dos cosas: primero que antes de visitar la zona se puede indicar alguna zona de interés especial y segundo que el estudio del mapa topográfico no solo es una tarea de preparación, sino un proceso constante durante toda la prospección y exploración.
Muchos de los ejemplos son de Asturias porque es una zona que suele visitar regularmente y porque abundan los sumideros y valles ciegos. Otros ejemplos son de la tierra donde vivo, es decir de León.


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