miércoles, 17 de febrero de 2010

EL USO DE LOS SIGNOS EN EL MAPA GEOLÓGICO.


Marius van Heiningen
mvh@telecentroscyl.net


INTRODUCCIÓN.

Tengo que confesar que cuando acepté la propuesta de escribir un artículo acerca de, cómo encontrar entradas de cuevas, no había pensado en la ingente tarea que me iba suponer. Enseguida me di cuenta que debiera de diferenciar entre la preparación en casa y el trabajo de campo. Empezando a escribir acerca de esta preparación me salió un artículo entero tratando de la interpretación del mapa topográfico. El siguiente artículo debiera de tratar el mapa geológico, pero mirando los mapas para buscar unos ejemplos me di cuenta que para un laico solo la leyenda del mapa ya podía ser un obstáculo infranqueable. Por esta razón el presente artículo trata de los signos más importantes de un mapa geológico. Me doy cuenta que el contenido de este artículo no es suficiente para poder realizar una correcta interpretación de un mapa geológico, por ser un labor altamente especializada. Sin embargo, incluso un conocimiento somero puede ser de una gran ayuda para interpretar el aspecto espeleológico/hidrológico del mapa, porque a menudo se trata de áreas relativamente reducidas y aisladas, donde no hace falta un entendimiento profundo de la geología regional (aunque, su conocimiento, claro está, siempre ayuda).

Para poder usar el mapa geológico correctamente, primero hay que saber el significado de los signos convencionales, es decir los símbolos usado en el mapa. La figura 1 muestra algunos signos convencionales usado en el mapa de Riaño (105) del Instituto Tecnológico GeoMinero de España.
Se ha hecho una selección de los signos más importantes los cuales son:
Dirección y buzamiento
Buzamiento vertical e invertido
Terraza
Contacto normal y discordante
Falla, falla de desgarre y cabalgamiento
Anticlinal y sinclinal
Anticlinal y sinclinal con vergencia
Trazado de capas



La figura 1 muestra los signos convencionales más importantes para un espeleólogo. Los signos se han tomado del mapa de Riaño (105) del Instituto Tecnológico GeoMinero de España.


EL SIGNO DE DIRECCIÓN Y BUZAMIENTO.

El signo de dirección y buzamiento consiste en una raya larga que indica la dirección de la estratificación (el rumbo) y una raya corta que indica hacia donde se inclinan los estratos (figura 2).


La figura 2 muestra el signo que indica la dirección (rumbo) y el buzamiento (máxima inclinación) de los estratos.


Si además el valor del buzamiento es conocido, se lo pone al final de la raya corta. La parte superior de la figura 3 muestra un detalle de un mapa geológico con tres formaciones (azul oscuro, rojo y verde oscuro). Se ve claramente que la raya larga del signo es paralelo a la estratificación. Por la línea AB se ha levantado un perfil (alzado) que es mostrado en la parte inferior de la misma figura. En el perfil se puede ver que el número que acompaña el signo (en este ejemplo 45) indica el buzamiento de la formación.
En resumen: El signo de dirección y buzamiento nos permite saber la colocación exacta de los estratos, lo que nos ayuda para inferir estructuras geológicas más complejas.


La figura 3 muestra la colocación del signo de dirección y buzamiento sobre un mapa geológico y el perfil que se puede deducir a partir de este dato.


LOS SIGNOS DE BUZAMIENTO VERTICAL E INVERTIDO.

La figura 4 muestra los signos de buzamiento vertical y buzamiento invertido. El signo de buzamiento vertical nunca tiene un número para indicar la inclinación porque ya se sabe que esta es de 90 grados. En el signo de buzamiento invertido si se puede indicar la inclinación.


La figura 4 muestra los signos de buzamiento vertical y buzamiento invertido.


La mayoría de los sedimentos se depositan sobre un terreno más o menos horizontal y por tanto la parte inferior de una formación suele ser de mayor edad que la parte superior. Durante la formación de una cadena montañosa (orogénesis) estos sedimentos son levantados, plegados y quebrados. El resultado es que hoy por hoy los estratos ya no suelen estar en horizontal, sino que presentan una mayor o menor inclinación.
La figura 5 muestra un ejemplo de la formación de un pliegue y el aumento progresivo de la inclinación de los estratos.
En la figura 5A no hay deformación y la posición de las formaciones es horizontal.
Las cifras 1, 2 y 3 indican las bases de las formaciones A, B y C, y el 4 indica el techo de la formación C. La base de la formación A contiene las rocas más antiguas y el techo de la formación C las rocas más jóvenes.
La figura 5B muestra la formación de un pliegue, causado por una fuerza desde la derecha. Los estratos se han inclinado, pero como indica la línea X1-X2 (X1 está situado en el techo y X2 en la base) los techos se encuentran por encima de las bases. Los estratos se indicarían con el signo de dirección y buzamiento normal.
La figura 5C muestra el mismo pliegue en un estado más avanzado. La línea X1-X2 indica unos estratos en situación vertical y en el mapa estarían indicados con el signo de buzamiento vertical.
La figura 5D muestra como con el plegamiento progresivo se ha formado un pliegue con un lado invertido (el lado de la izquierda). La línea X1-X2 indica que la base de la formación se encuentra por encima del techo, una situación que en el campo no siempre es de fácil verificación. En el mapa se indicaría con el signo de buzamiento invertido.


La figura 5 muestra el desarrollo progresivo de un pliegue por una fuerza compresiva desde la derecha. El flanco izquierdo del pliegue de las figuras B, C y D indican una situación de buzamiento normal, buzamiento vertical y buzamiento invertido, respectivamente.


TERRAZAS.

Las terrazas indican una acumulación de sedimentos, normalmente relacionada con cursos fluviales (ríos y arroyos). Su importancia está en que por un lado hay muchas cuevas cuyo desarrollo está íntimamente ligado con la formación de terrazas, y por otro lado que las terrazas indican pulsos de sedimentación, lo que ayuda en descifrar la historia geológica regional.
La figura 6A muestra el perfil de un valle con una terraza mientras que la figura 6B muestra como esta situación quedaría representada en el mapa.


La figura 6 muestra un perfil de un valle con una terraza y su representación en el mapa.


La figura 7 muestra un ejemplo de terrazas en el mapa geológico de Riaño (León). Estas terrazas están situadas entre Valdoré y Aleje, entre 6 y 11 kilómetros al norte de Cistierna (León), y en este caso, la existencia de terrazas se puede relacionar con un evento de sedimentación dentro de la Cueva de Arvejales (Velilla de Valdoré).
A primera vista las terrazas no son muy útiles para encontrar nuevas cuevas, sin embargo indican un nivel de base constante durante un tiempo relativamente largo y por tanto un nivel topográfico con una mayor presencia de galerías. Además estas galerías pueden estar mejor desarrolladas, aunque por otro lado pueden estar colmatadas por los sedimentos.


La figura 7 muestra la presencia de terrazas en la orilla izquierda del Río Esla (el río fluye hacia el sur).


CONTACTO NORMAL Y DISCORDANTE.

Un contacto normal indica que el cambio hacia la siguiente formación es gradual, sin grandes interrupciones en el tiempo y que los estratos de ambas formaciones son paralelos. Si el contacto es discordante normalmente hubo una gran interrupción en el tiempo por una época de erosión y/o deformación tectónica. La distinción entres ambos contactos no suele dar muchas pistas acerca de donde buscar cuevas, no obstante es posible que esta época de interrupción de sedimentación haya causado cierto grado de karstificación, lo que da como resultado un nivel preferencial para la formación de cuevas.


LAS FALLAS.

Una falla es un plano de ruptura en la que existe un desplazamiento (relativo) de los bloques a ambos lados. A menudo se indican las fallas con líneas o curvas negras sin más, cuyo desplazamiento a veces se puede interpretar y otras veces no. Una falla de desgarre indica un desplazamiento horizontal, normalmente sobre una distancia considerable. Las flechas a ambos lados indican el movimiento relativo. Un cabalgamiento es una falla donde un paquete de formaciones se ha puesto sobre si mismo, de este modo duplicando la estratificación. Los triángulos apuntan hacia el bloque que se ha superpuesto.
Las fallas son importantes porque pueden ser vías para los flujos subterráneos y además es común que las fallas limitan a las formaciones, y por tanto pueden ejercer mucha influencia sobre la localización de cuevas. Hay que poner especial atención a las fallas en relación con manantiales.
La figura 8 muestra el desplazamiento de dos formaciones (rojo y amarillo) por una falla de desgarre. El plano de la falla es vertical y está en morado. El desplazamiento es igual a la distancia entre A y B.


La figura 8 muestra el desplazamiento de dos formaciones (rojo y amarillo) por una falla de desgarre. El plano de la falla está en morado.



La figura 9 muestra el perfil de un cabalgamiento. Tanto la fuerza tectónica como el desplazamiento son hacia la izquierda.


La figura 9 muestra el perfil de un cabalgamiento. Tanto la fuerza tectónica como el desplazamiento son hacia la izquierda. La formación se ha quebrado por la falla A-B y se ha puesto por encima de si misma. El punto A se ha desplazado hacia A1 y el punto B hacia B1.

La figura 10 muestra la vista en plano (como en un mapa) de un desplazamiento de un cabalgamiento por una falla de desgarre (F1-F2). El desplazamiento es igual a la distancia entre C1 y C2. La parte al norte de la falla (parte superior) se ha movido hacia la derecha y la parte al sur (parte inferior) hacia la izquierda, es decir que el movimiento es en la dirección de las agujas del reloj. En este caso se dice que se trata de una falla dexstral, y si el desplazamiento es al revés se trata de una falla sinestral. Se nota que el cabalgamiento ha duplicado parte de los afloramientos (repetición de formaciones). El bloque de la derecha se ha superpuesto sobre el bloque de la izquierda, como es indicado por la dirección de los triángulos o “dientes”.


La figura 10 muestra el desplazamiento de un cabalgamiento por una falla de desgarre (F1-F2). Es desplazamiento es igual a la distancia entre C1 y C2.


ANTICLINAL Y SINCLINAL.

Los anticlinales y sinclinales son pliegues, el anticlinal de forma convexo hacia arriba y el sinclinal de forma convexo hacia abajo (figura 11). Un anticlinal lleva rocas más antiguas en su núcleo mientras que un sinclinal lleva en su núcleo las rocas más jóvenes. Un anticlinal y un sinclinal suelen ir de la mano, del mismo modo que lo hacen una montaña y un valle, Es decir que generalmente van asociados, sucediéndose unos a otros, donde un flanco pertenece tanto al anticlinal como al sinclinal.
La figura 11A muestra unos estratos plegados e indica un anticlinal y un sinclinal. La formación 1 es la más antigua y la formación 4 la más joven. La figura 11B muestra la misma situación, pero con gran parte de las rocas desaparecida por la erosión. En este perfil se puede observar que el anticlinal tiene en su núcleo las rocas más antiguas, mientras que el sinclinal lleva en su núcleo las rocas más jóvenes. La figura 11C muestra el mismo perfil y además la representación sobre el mapa.


La figura 11 muestra un anticlinal y un sinclinal, tanto en perfil como sobre el mapa geológico. Para más detalles ver el texto.


ANTICLINAL Y SINCLINAL CON INDICACIÓN DE VERGENCIA.

Cuando un pliegue se ha apretado tanto que uno de los flancos se ha invertido, entonces los dos flancos inclinan en la misma dirección. Esta dirección se llama vergencia. Si se examina el signo se ve que está compuesto de una flecha normal y otra flecha que indica unos estratos invertidos y por tanto ambos apuntan en la misma dirección.
La figura 12A muestra en perfil un anticlinal y un sinclinal con un flanco invertido (el flanco que tienen en común) y un anticlinal y un sinclinal normal. La figura 12B muestra el mismo perfil y además como se quedaría la representación en un mapa geológico.


La figura 12 muestra un anticlinal y sinclinal con vergencia y un anticlinal y sinclinal normal.


TRAZADOS DE CAPAS.

Los trazados de capas indican ciertos niveles buen marcados dentro de una formación.
Muchas veces se han determinado con la ayuda de fotos aéreas y su importancia reside en que nos indica la dirección y a veces el buzamiento de los estratos. Es verdad que en una formación de poco espesor los estratos suelen ser paralelos a los contactos de la formación, pero si la superficie de un afloramiento es grande, esta regla pierde valor y las capas son muy útiles.


UN EJEMPLO DE UNA SITUACIÓN REAL.

La figura 13 muestra un ejemplo de un mapa geológico (Riaño, 105), donde se indican algunas de los signos explicados. Acerca de la numeración con que se indican las formaciones se puede decir lo siguiente: que cuanto más bajo es el número, más antigua es la formación (los números se explican en la leyenda del mapa). Por esta razón se ha podido determinar el anticlinal y el sinclinal, aún aunque faltaba su indicación. El núcleo del anticlinal lo forma la formación 6 (y incluso una parte de la formación 5), rodeado por la formación 7, es decir la formación más antigua se encuentra en el núcleo y además coincide con el buzamiento indicado por el signo correspondiente. El sinclinal consiste de las formaciones 8 y 9, rodeado por la formación 6, es decir que las formaciones más jóvenes se encuentran en el núcleo. En el centro del sinclinal se encuentra un cabalgamiento que ha superpuesto una formación más antigua (formación 0) sobre una formación más joven (formación 9). Hacia el sur todas las estructuras se han cortado por una discordancia, lo que implica que esta discordancia representa un evento más tardío que la formación del cabalgamiento y de los pliegues. En el norte se puede ver una terraza fluvial y otro cabalgamiento.


La figura 13 indica varios ejemplos de signos geológicos. Para los detalles ver el texto.


CONCLUSIÓN.

Con un buen entendimiento de los signos geológicos se puede determinar la posición real de las formaciones en el campo y su significado para la presencia de cuevas, lo que será tratado en el próximo artículo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

BUSCANDO CUEVAS: La interpretación del mapa topográfico.


INTRODUCCIÓN.

La prospección de nuevas entradas de cuevas no se debiera realizar solo a base de perseverancia y una dosis de suerte. Aunque ambas cosas también son necesarias, para aumentar las posibilidades de éxito y minimizar la horas de búsqueda, es mucho mejor seguir una metodología .
La preparación de la prospección empieza en casa haciendo buen uso de mapas topográficos y geológicos, fotos aéreas (sigpac) y una reconstrucción del terreno en tres dimensiones (google earth). Además hay que reunir la máxima cantidad posible de publicaciones espeleológicas e (hydro)geológicas disponibles de la zona.
Los mapas topográficos y geológicos se puede comprar en una librería (especializada) o descargar gratis de la página web del IGME (Instituto Geológico y Minero de España, http://www.igme.es/internet/default.asp). Una buena fuente para consultar fotos aéreas y mapas topográficos de toda España es la página web del sigpac visor (http://sigpac.mapa.es/fega/visor/), y para obtener una buena impresión de la topografía del terreno en tres dimensiones se puede usar el programa de google earth (descargar gratis en http://earth.google.es/)


LOS MAPAS TOPOGRÁFICOS.

Los mapas topográficos pueden ser muy útiles y aún sin conocer el terreno, una buena interpretación nos puede proporcionar unas cuantas pistas sobre la localización de posibles bocas de cuevas. Las pistas más importantes son las siguientes:
1) La desaparición y aparición de arroyos y ríos.
2) Las depresiones cerradas.
3) Los manantiales.
4) Indicación de cueva en el mapa.
Los mapas topográficos suelen ser de escala 1:50.000 o 1:25.000, aunque también existen mapas a escala 1:10.000 (que a menudo son ampliaciones de las escalas anteriores). Para una primera orientación los mapas de 1:25.000 me parecen lo más útil, por presentar bastante detalle sin perder la situación global. Si uno dispone de internet entonces la mejor fuente es probablemente el visor de sigpac (ver arriba).

LA DESAPARICIÓN Y APARICIÓN DE ARROYOS Y RÍOS.
La interrupción de un curso fluvial suele indicar la presencia de un sumidero y por tanto lo convierte en un punto de especial interés. El primer paso es buscar en los alrededores de este punto de pérdida si hay algún curso que “de repente” aparece a un nivel topográfico más bajo, pudiera ser la reaparición (resurgencia) del mismo río. Si esto es el caso se puede medir la distancia horizontal (usando la escala del mapa) y la diferencia en altura (usando las curvas de nivel) para determinar la horizontalidad (o verticalidad) de la posible cueva.
La topografía alrededor del punto de terminación o aparición de un río nos puede dar mucho más información adicional. Si desaparece en una depresión marcada se trata de una dolina.
Una dolina muy alargada puede indicar que detrás del sumidero activo se encuentra uno o más sumideros (semi)inactivos, normalmente situada a solo unos decenas de metros del sumidero actual. Los sumideros situados en dolinas suelen dar acceso a pozos, aunque más abajo se puede encontrar galerías horizontales. Por otro lado, a veces el río fluye por un valle cuya terminación consiste de una pared más o menos abrupta (valle ciego o “blind valley” en inglés). En este caso es más probable que el río entre por una boca cueva que da acceso a una galería horizontal, aunque la presencia de pozos más adentro depende de la verticalidad del sistema. Si el sumidero no es practicable puede haber entradas por encima (sumideros inactivos) en la pared terminal del valle.
Si un arroyo aparece a pie de una pared vertical la posibilidad de encontrar una entrada de cueva es mucho mayor que cuando aparece en una pendiente suave.
De todos modos es frecuente que no se pueda identificar el punto de reaparición de un curso perdido. A menudo el agua brota como un manantial subacuático en el lecho de un río principal y a veces reaparece como un manantial submarino. Esto último es relativamente frecuente en el Mar Mediterráneo.
El cambio de un arroyo intermitente (línea azul interrumpida) hacia un arroyo perenne
(línea continua en el mapa) puede ser debido a una aportación de agua puntual, es decir proveniente de un manantial. Si además cerca de este cambio el mapa indica una fuente, entonces se trata de un punto de alto interés.

LAS DEPRESIONES CERRADAS.
La depresiones cerradas suelen indicar rocas solubles, como calizas, dolomías, yesos y sales. Las depresiones pueden variar mucho en tamaño y forma, por ejemplo: una dolina de solución suele ser redonda y relativamente pequeña, un valle ciego de forma alargada, y un polje es grande y de forma variable. Una cantidad de pequeñas depresiones juntas indican un campo de dolinas y por tanto la presencia de roca carbonatada. Los valles ciegos y poljes indican la presencia de roca carbonatada como mínimo en su punto de terminación, aunque especialmente los poljes pueden estar rodeados por ellas.
Una depresión cerrada es mucho menos indicadora de una entrada de cueva que los sumideros y resurgencias, pero por lo menos prueba la existencia de las rocas que nos interesan y cierto grado de karstificación.
En el caso de los poljes puede haber entradas en cualquier punto de su circunferencia, pero especialmente alrededor de sus puntos más bajos, porque es aquí donde se suponen que se encuentran los sumideros.
En el caso de los valles ciegos ya se ha dicho que las cuevas son lo más probable en su punto de terminación, independiente si el valle lleva un curso de agua o no.
En el caso de las dolinas (las depresiones más pequeñas) la interpretación es más complicada debido a los diferentes orígenes posibles. En una gran extensión con múltiples dolinas, probablemente situadas en las partes altas de una montaña, indican un origen de solución. En este caso la presencia de entradas en su punto más profundo no es muy probable, pero si puede haber pozos en sus pendientes o en las zonas entre las dolinas. Una sola dolina puede indicar un origen de derrumbamiento o un sumidero de un curso demasiado pequeño para estar en el mapa. Ambos ofrecen ciertas posibilidades. El significado de una alineación de dolinas es ambiguo, por un lado hay buenas posibilidades si están situados en una falla mayor (especialmente si se encuentran por encima de una cueva topografiada o sobre un trayecto subterráneo supuesto), y por otro lado las posibilidades son casi nulas si la alineación representa una zona de microfisuras. Si la forma de la dolina parece una gota de agua (figura X), se posibilidades, pero estos detalles dependen de la escala del mapa.

LOS MANANTIALES.
Los manantiales son los puntos de reaparición del agua de los acuíferos. En el caso de acuíferos kársticos el desagüe ocurre por conductos formados por disolución, que si son lo suficientemente grandes los llamamos cuevas. Por tanto los manantiales pueden estar ligados a galerías más altas, que actualmente son practicables (aunque los manantiales también pueden ser objeto de buceo), o ser penetrables directamente. Especialmente los manantiales que se encuentran por debajo de un macizo con un campo de dolinas merecen nuestra atención, así que los manantiales de gran volumen por ser normalmente de carácter kárstico. Si en el mapa se indica que un manantial es el inicio de un curso de agua, se le puede atribuir cierto caudal.

INDICACIÓN DE CUEVAS EN EL MAPA.
En los mapas del ejercito se suele indicar alguna que otra cueva, que normalmente son cuevas muy conocidas y con una boca de gran tamaño. Algunos mapas de zonas montañosas, como por ejemplo los Picos de Europa o los Pirineos, que van dirigidos a excursionistas indican una cantidad apreciable de cuevas y simas. También en los mapas de sigpac se indican cuevas.


LA EXACTITUD DE LOS MAPAS.

Por desgracia hay que tener en cuenta que los mapas no suelen ser tan exactos como nos gustaría. Especialmente la indicación exacta de cuevas y de arroyos perennes e intermitentes no suelen ser de fiar. El fallo en localización fácilmente puede llegar a varios centenares de metros.


ALGUNOS EJEMPLOS REALES DE INDICACIONES KÁRSTICAS.

Los siguientes mapas se han descargado de sigpac y se tratan de localidades visitados por el autor. En cada figura se indican unos accidentes topográficos marcados que debieron llamar la atención al investigador y se explica la situación real.

EL SISTEMA DE ORANDI EN COVADONGA (PICOS DE EUROPA, ASTURIAS).
En el mapa se indica un valle ciego con un arroyo intermitente que termina al final del valle (número 1). El valle está separado del profundo valle de Covadonga (250 metros de desnivel) por el Colladín de Orandi (17 metros de altura), donde se indica la Cueva de Orandi (número 2). En realidad esta cueva se encuentra al final del valle ciego, exactamente donde se indica el punto más bajo (519 metros), mientras que el río es perenne en lugar de intermitente.
Otros puntos de interés máximo son la cueva indicado al lado del santuario de Covadonga (número 3) y la fuente Güeyu Reinazo (número 4), situados en el fondo del valle por debajo de la Cueva de Orandi. Por debajo de la pared vertical de la Cueva de Covadonga empieza un arroyo. En realidad ambos son resurgencias con un buen caudal que están relacionados con el Orandi.
La verticalidad entre el sumidero de Orandi y la Fuente Güeyu Reinazo (una cueva accesible) es de 0,5 metro de desnivel por metro horizontal (260 metros de desnivel dividido por 520 metros horizontales) y la verticalidad entre el sumidero y la Cueva de
Covadonga es de 0,16 metro de desnivel por metro horizontal (280 metros de desnivel dividido por 1800 metros horizontales).
En este ejemplo se ha podido identificar en el mapa un valle ciego, la desaparición de un arroyo, 2 cuevas, la aparición de un arroyo y un manantial. Elementos que en la realidad están íntimamente relacionados. También se han indicado dos errores del mapa y se ha dado un ejemplo de cómo calcular la verticalidad del posible sistema.




La figura 1 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico alrededor del santuario de Covadonga (Asturias). Para los detalles ver el texto.


POLJE DE COMEYA Y LAGOS DE COVADONGA (PICOS DE EUROPA).
El polje de comeya es una gran depresión con un fondo muy plano que recibe sus aguas de un pequeño arroyo desde el este, de la Fuente Fría y de los lagos de Covadonga. La Fuente Fría es una surgencia situada por debajo de una pared vertical en el borde meridional del polje (número 1). Los aguas se juntan en el polje en un solo arroyo que desaparece en un sumidero situado en el noroeste del polje (número 2). Los números 3 y 4 indican unos antiguos sumideros.
En este ejemplo se ha podido identificar un polje, un manantial con la aparición de un arroyo, la desaparición del mismo arroyo y unos sumideros antiguos. También las demás fuentes debieron haber llamado la atención, pero parecen de menor importancia.


La figura 2 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico alrededor de la Vega de Comeya (Lagos de Covadonga). Para los detalles ver el texto.


EL VALLE CIEGO DE GÜESERA Y CUEVA TRUMBIO (SUBIDA A LOS LAGOS DE COVADONGA).
En la cabecera del valle de Güesera se encuentra la Fuente el Porru (número 1) y en el punto más bajo del valle, al final de una marcada depresión, se encuentra la enorme boca de la Cueva Trumbio (número 2). Lo curioso de este valle ciego es que se bifurca en dos sumideros, el segundo se encuentra en la parte norte (número 3) y se puede penetrar por unas docenas de metros. El agua de la Fuente el Porru probablemente proviene del sumidero del polje de Comeya.
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre fuente, valle ciego y dos cuevas.


La figura 3 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico al sur de la carretera que sube a los Lagos de Covadonga (Asturias). Para los detalles ver el texto.


EL VALLE DEL MARQUÉS Y EL SISTEMA DEL INFIERNO (DESFILADERO DEL RÍO TORÍO, LEÓN).
El valle del Marqués es un altiplano de varios kilómetros cuadrados, donde se encuentran gran cantidad de dolinas, lo que indica que se trata de roca soluble. En este caso se trata de una gran cueva horizontal que se encuentra al final de un pequeño arroyo normalmente seco y varios pozos que se encuentran entre las dolinas. El desagüe subterráneo del macizo reaparece en el Pozo del Infierno (número 1), situado en el desfiladero junto al puente, aunque en realidad se encuentra al este del río (al lado del macizo).
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre campos de dolinas y la roca soluble en conjunto con una fuente situada al pie del macizo.


La figura 4 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico al este del río Torío, enfrente de la Cueva de Valporquero (León). Para los detalles ver el texto.


VERTIENTE SUR DE PEÑACORADA (CISTIERNA, LEÓN).
En el mapa se puede ver dos cambios de un arroyo intermitente hacia un arroyo permanente (perenne), indicado con los números 2 y 4, y dos fuentes indicadas con los números 1 y 3. Además, el nombre de Fuente Cueva del Moro ya es bastante claro. En el caso de Fuente de los Pastores el arroyo permanente mana de dicho manantial, cuyo localización real se encuentra 100 metros al sur de la línea de alta tensión (número 5). También en el caso de Fuente Cueva del Moro el río brota directamente de ella y su localización real se encuentra en el número 4. Unos veinte metros por encima del manantial se encuentra la entrada de Cueva Lomas (Cueva de los Moros).
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre cambios de caudal de arroyos y fuentes, aparte de la poca exactitud de los mapas.


La figura 5 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico en el vertiente sur del macizo de Peñacorada (Cistierna, León). Para los detalles ver el texto.


LA CUEVA DE PURÓN (SIERRA DE CUERA, ASTURIAS).
En el mapa se puede ver que un arroyo desaparece en una amplia dolina (número 1).
A primera vista existen dos cabeceras de arroyos que pudieron funcionar como resurgencia, sin embargo la cabecera número 3 se encuentra a la misma altura que el sumidero y por tanto es la menos probable. Efectivamente el arroyo reaparece en el número 2 y la Cueva de Purón se puede recorrer desde el sumidero hasta la resurgencia.
En este ejemplo se ha mostrado la desaparición de un río en una dolina y la relación entre sumidero y resurgencia.


La figura 6 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico en la Sierra de Cuera (Purón, Asturias) Para los detalles ver el texto.


LA CUEVA HUELGA (CANGAS DE ONIS, ASTURIAS).
En el mapa se puede ver como el Arroyo de la Huelga desaparece al principio de una amplia dolina, o más bien un valle ciego (número 1). Al noreste y unos 50 metros más bajo se puede ver como empieza un arroyo (número 4) y en la vertiente al norte de la dolina hay un marcado lecho seco (número 3) que fácilmente pudiera ser la antigua prolongación del arroyo. Este conjunto topográfico hace sospechar que al final de la dolina pudiera haber un sumidero y que en algún punto del valle seco pudiera haber una (antigua) resurgencia.
La realidad es que al final de la dolina hay una gran boca (entrada de la Cueva Huelga) y que hay una boca más pequeña en el número 7. Los números 5 y 6 son dos manantiales al lado del arroyo inferior, de los cuales el número 6 es una pequeña cueva practicable por unos 50 metros antes de sifonarse. La cabecera del arroyo no se encuentra en el número 4, sino bastante más arriba y por tanto hace menos probable su relación con la Cueva Huelga. En época de crecida el arroyo superior entra directamente en la boca de la Huelga.
En este ejemplo se ha mostrado la relación entre sumidero, dolina o valle ciego, valle seco situado como prolongación y arroyo inferior.


La figura 7 muestra varios elementos topográficos de origen kárstico de la Cueva la Huelga (Cangas de Onis, Asturias). Para los detalles ver el texto.


NOTA FINAL.

Todos los ejemplos han mostrado un conjunto de elementos topográficos que están relacionados con un sistema kárstico. Esta claro que haber visitado la zona facilita muchísimo la tarea de interpretación, lo que nos enseña dos cosas: primero que antes de visitar la zona se puede indicar alguna zona de interés especial y segundo que el estudio del mapa topográfico no solo es una tarea de preparación, sino un proceso constante durante toda la prospección y exploración.
Muchos de los ejemplos son de Asturias porque es una zona que suele visitar regularmente y porque abundan los sumideros y valles ciegos. Otros ejemplos son de la tierra donde vivo, es decir de León.


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